Yo creía que los libros no eran lo mío, hasta que, con ocho años, J. K. Rowling me enseñó la magia de la literatura juvenil. Desde entonces, gracias a autores como Laura Gallego, Maite Carranza o James Dashner, no he podido dejar este mundo. Entre mis novelas favoritas hay de todo (desde Bajo la misma estrella a Los Juegos del Hambre), pero siento predilección por la fantasía y las distopías, y si hay romance, mejor. Historias lentas, ¡absteneos!