Mi amor por la lectura comenzó incluso antes de saber lo que era leer. Poco a poco ese sentimiento ha ido creciendo conmigo y puedo imaginar cualquier cosa menos un mundo en el que no sea capaz de descifrar un libro. La fantasía me acompaña desde que un ratón me llevó a su reino, y más tarde la mayor rival del gran Sherlock Holmes me contó su historia. Ambos me acompañaron hasta la tierra de los árboles cantores y allí encontré esta puerta. Me costó bastante decidirme a cruzarla, y aunque todavía me pierdo entre tanta puerta, poco a poco las abro con más facilidad.