Llegué a El Templo a través de una puerta abierta en un lejano futuro en el que no hay mucha diferencia entre las máquinas y las personas; pero decidí quedarme porque, pantallas aparte, me apasiona leer y aquí hay cientos, miles de libros. Me gustan especialmente la literatura de ciencia-ficción y el manga, y siento debilidad por aquellas historias que me hacen plantearme preguntas acerca del futuro y la esencia del ser humano. ¡Ah! Y me encantan los robots.