No recuerdo ningún día de mi vida que no girara en torno a las historias: el ritual de los sábados por la mañana en el suelo de la librería desordenando los libros infantiles, salir de allí con mi nuevo ejemplar de Geronimo Stilton, el encuentro con Harry Potter o las idas y venidas a Idhún. Los libros y el cine siempre han sido un refugio. Desde que descubrí que también me apasionaba escribir mis propias historias, es a lo que dedico la mayor parte del tiempo. A veces incluso olvidándome de mis obligaciones...