Elisabetta Gnone atrapó mi infancia en Fairy Oak, y desde entonces no he podido parar de leer y de dejar trocitos de mí en cada libro. Percy Jackson se quedó con mi adolescencia, Harry Potter con mi alma y The Raven Boys con mi corazón. Soy de las que creen que todos los libros merecen una oportunidad, así que no suelo limitarme a un género en concreto. He terminado aquí por andar siguiendo conejos blancos, como hacía mi tocaya, y ahora pienso seguir avanzando por este País de Maravillas que he encontrado.