Kerstin Gier
Muchas cosas suceden simplemente de forma espontánea mientras escribes. Xemerius se me ocurrió mientras escribía Zafiro... Justo al principio, cuando me imaginé cómo se besaban Gideon y Gwendolyn en la iglesia de Belgravia. De ese beso salió, de repente, esta pequeña gárgola y desde entonces, fue indispensable. Separarme de él fue lo que más me costó hacer, una vez tuve la trilogía acabada. Aunque, en realidad, no deja que me deshaga de él de verdad. Ahora mismo, se sienta junto a mí y hace observaciones estúpidas.
Carolina Lozano
Yo nunca me obligo a escribir, porque es algo que hago porque me gusta. Y como me gusta mucho, pues escribo siempre que puedo. Pero no tengo horarios fijos, aunque me inspiro mejor al empezar el día o al acabarlo. ¡E incluso no han sido pocas las veces que me he levantado de madrugada para tomar nota de algo! Eso sí, siempre uso para tomar notas las mismas libretitas y los mismos bolígrafos borrables. Y soy muy, muy organizada en lo que a mi área de trabajo se refiere.