En tu primera novela, La gramática del amor, la protagonista, Irene, asiste a un curso de «gramática del amor» en el que tendrá que leer a siete grandes autores para afrontar así su primer desengaño amoroso. ¿Cómo surgió esta curiosa idea?
Hacía mucho que quería escribir acerca del primer amor y acerca del primer desengaño amoroso. Y también quería rendir homenaje a ciertas grandes historias de amor que en su momento me marcaron.
¿Alguna vez has necesitado un curso de «gramática del amor»?
¡Claro, todos los días, jaja! No creo que jamás deje de necesitarlo… Las relaciones humanas son complejas y nosotros somos seres en proceso de aprendizaje constante. Si me preguntaran ahora cómo entiendo el amor mis respuestas serían muy distintas a las que podía dar cuando escribí mi primera novela.
Los libros mencionados en La gramática del amor son clásicos de la literatura. ¿Qué les dirías a los jóvenes lectores que les da pereza leer grandes clásicos?
Que no los lean. Creo que los lectores deben seguir su intuición para encontrarse con aquel libro que les conviene en cada momento. Cuando les llegue el momento de leer clásicos lo sentirán y lo harán, pero siempre por gusto, nunca por obligación o porque crean que «hay que hacerlo».
El corazón de Hannah cuenta la historia de una muchacha amish que se enamora de Daniel, un joven forastero que ha llegado al poblado para hacer un reportaje fotográfico. ¿Por qué elegiste ambientar la historia en este contexto? ¿Fue difícil documentarse acerca de esta comunidad?
Fue apasionante y muy divertido. Leí todo lo que encontré acerca de los amish y vi todos los documentales y películas que encontré. Uno de los grandes placeres de escribir es ese: documentarse, y así descubrir nuevos mundos. Lo pasé muy bien descubriendo tantas cosas curiosas que no sabía.
En ese mismo libro aparece un diario de una escritora frustrada convencida de que su novela nunca llegará a las librerías. ¿Alguna vez tuviste esta sensación mientras escribías?
Lo cierto es que no, porque nunca me preocupé sobre si lo que se escribía se iba a publicar o no. Siempre he escrito, y lo sigo haciendo, porque necesitaba contar(me) una historia, sin más. Cuando sucedió con La gramática del amor me pilló por sorpresa, así que no tuve mucho tiempo de plantearme demasiado las cosas.
En 2013 ganaste el V Premio Jaén de Narrativa Juvenil por Robinson Girl. ¿Cómo influyó en tu carrera literaria?
Supuso un bonito reconocimiento y me hizo mucha ilusión recibirlo, sobre todo porque antes de mí lo habían ganado otros escritores a quienes admiro mucho. Los premios suponen momentos dulces que animan a seguir hacia adelante en este oficio solitario.
(¡ATENCIÓN! Esta pregunta contiene spoilers de Robinson Girl). En Robinson Girl, se retrata el estado de coma como un naufragio en una isla desierta. ¿Cómo surgió esta idea tan peculiar y atrevida?
De una forma muy poco original: conversando con otro escritor, Francesc Miralles, acerca de ello delante de un té. Los dos habíamos leído muchas historias ambientadas en islas y a mí me apetecía situar una historia de amor en un contexto muy extremo: la conjunción entre dos mundos, ambos hostiles, con un giro inesperado.
Huziel significa te quiero es tu única novela de temática fantástica, ¿te gustó introducir algo de magia en uno de tus libros? ¿Repetirías con esta temática?
Mi siguiente novela tiene cero componente fantástico, pero la verdad es que disfruté mucho la experiencia con Huziel. Para mí era un registro distinto y fue divertido aprender sobre la marcha cómo utilizarlo.
Sólo hace falta adentrarse un poco en alguno de tus libros para darse cuenta de lo mucho que te gusta la música. Tus novelas tienen numerosas referencias a canciones e incluyen varios fragmentos de las letras. ¿Cómo influye la música en tu proceso de escritura? ¿Trabajas con música o prefieres la tranquilidad del silencio?
Siempre digo que para mí la música y la escritura son las dos caras de la misma moneda. Son distintas formas de expresarme, pero forman parte de mí de una forma muy íntima. Cuando canto, experimento un placer físico, muy tangible. De la escritura también obtengo placer, aunque distinto, y no en todas las fases del proceso creativo. Actualmente no me sale eso de escribir con música, aunque ha habido otros momentos en los que sí. Lo que siempre sucede, en unas novelas más que en otras, es que los protagonistas utilizan la música como vía expresiva. O que la música pone contexto a sus sentimientos y les hace de altavoz. Creo que esto es un reflejo de cómo la vivo yo.
¿Qué nos puedes contar de tu banda de música?
La banda se llama A Little Secret. La componen además de mí Jordi Lligadas, un gran músico y amigo, y Estel Vilallonga, también buena amiga y ex violinista de mi banda anterior. Hace pocos meses que tocamos juntos y ahora mismo estamos en pleno (¡y apasionante!) proceso de creación de nuevos temas. A la vez, estamos rodándonos en los escenarios con una serie de conciertos de versiones de grandes canciones de amor, a nuestra manera… Hablamos de amor, del bueno y del malo, y también del desamor. Hacemos conciertos íntimos en escenarios raros y los disfrutamos mucho. Recientemente hemos grabado la banda sonora de Soundtrack, la novela de Elena Castillo. Se llama Us y la compuso ella misma, de hecho forma parte de su novela. Este otoño seguiremos haciendo conciertos y esperamos estrenar alguna de nuestras nuevas canciones, tocar en escenarios muy curiosos... ¡Tenemos muchos proyectos! Lo que tenemos claro es que nuestro leitmotiv va a seguir siendo el amor en todas sus facetas.
El amor juega un papel fundamental en todas tus novelas, así que no podemos dejar pasar la oportunidad de preguntarte ¿qué papel crees que juega el amor en nuestras vidas?
Tenerlo, buscarlo, mantenerlo, lamentar su pérdida… El amor es uno de los grandes motores que mueven nuestras vidas, nuestro mundo creativo, nuestras ideas. Mi visión acerca de él ha ido variando con los años y creo que esto se va reflejando en mis novelas. Me resulta curioso mirar hacia atrás y ver este proceso de cambio en mis personajes y en mí. Probablemente cada vez creo menos en los arrebatos románticos y más en el buen amor del que habla el psicólogo Joan Garriga o la filósofa Montse Barderi, un amor fundamentado en el crecimiento personal y en la ética, en tratar bien al otro, el amor concebido como un espacio de disfrute y de bienestar para los dos miembros de la pareja.
Para terminar, ¿nos puedes adelantar algo acerca de tu próxima novela?
Poco. Sólo puedo contar que estoy muy emocionada, a punto de terminarla, y que es la historia más personal que he escrito hasta ahora.
¡Muchas gracias, Rocío!
¡A vosotros por vuestra atención!