— Meg Rosoff nació el 16 de octubre de 1956 en Boston. — Estudió Inglés y Bellas Artes en la Universidad de Harvard. — A los diecinueve años se trasladó a Londres, donde estudió Escultura en la Saint Martin's School of Art. — En 1980 volvió a los Estados Unidos para terminar sus estudios en Harvard. — A los treinta y dos años se mudó de nuevo a Londres, esta vez para quedarse. — Trabajó durante quince años en publicidad, aunque lo odiaba. — La misma semana en la que se publicó Mi vida ahora, su primera novela, le diagnosticaron cáncer de mama. — Es una gran fan de los caballos desde que era pequeña. — Además de libros juveniles, también ha escrito libros infantiles y dos guías de Londres. — Sus libros publicados en español son: Mi vida ahora, Cómo Justin Case engañó al destino, El adiós de la novia e Imagina que ya no estoy. |
Aterrizaste en el nicho de la literatura juvenil en 2004 con Mi vida ahora. ¿Qué te llevó a escribir para jóvenes precisamente?
La gente suele decir que el tema o la audiencia les eligió a ellos, y no al contrario. Escribí una «novela para practicar» —un libro de caballos—, que era todo lo que pensaba que era capaz de escribir, y con ese libro encontré a una agente fabulosa que acababa de dejar su trabajo de edición en Oxford University Press. Ella tenía una nueva lista de juvenil, así que siempre he sentido un poco como si me hubiese topado con la literatura juvenil por casualidad, pero no creo que sea así de simple. Escribí mi tesina en Harvard sobre La edad de la inocencia de Edith Wharton, una novela de aprendizaje. Mis obras de literatura favoritas son, en secreto, todas juveniles —Orgullo y prejuicio, Henry IV, Hamlet, La espada en la piedra, Los hermanos Karamazov—. La adolescencia ha sido siempre mi tema, aunque no estoy segura de sí lo será para siempre. Me siento más como alguien que escribe SOBRE adolescencia que alguien que escribe PARA ellos. Pero hay cierta confluencia entre la gente a la que le atraen mis libros.
Escribiste Mi vida ahora, que era tu primera novela, con cuarenta y seis años. ¿Qué ocurrió para hacerte escribir?
Mi hermana murió de cáncer en 2001 y escribí mi primera novela al año siguiente. Supongo que pensé que lo había aplazado ya lo suficiente y que (relativamente) dentro de poco yo misma iba a morir. No quería pasar toda mi vida trabajando en publicidad —un trabajo que odiaba—, así que pensé que mejor hacía de tripas corazón e intentaba escribir un libro.
Mi vida ahora cuenta la historia de una adolescente americana atrapada en Inglaterra durante el estallido de una Tercera Guerra Mundial. ¿Qué te inspiró para crear esta constelación de personajes e incidentes?
Me vine a Londres con diecinueve años y eso cambió mi vida por completo, así que Daisy está basada hasta cierto punto en mí, y en cómo me di cuenta de que el mundo era mucho más grande que los barrios americanos y la Universidad de Harvard. Me sentí eufórica con tanto descubrimiento ese año y también me enamoré por primera vez. Veinticinco años más tarde, escribí Mi vida ahora, combinando ese primer descubrimiento de Inglaterra y el amor con el hecho de que estábamos en el preludio de la invasión de Irak por EE. UU. y el Reino Unido. Cuando empecé a escribir, tuve de repente una imagen terrible de lo que esa invasión podría estar haciendo con los sentimientos de la primera y segunda generación de muchos ciudadanos británicos cuya herencia cultural era de esa parte del mundo. En ese caso, creo que tenía razón. Ha tenido unas secuelas horribles.
Mi vida ahora ganó el Printz Award,Cómo Justin Case engañó al destino consiguió la medalla Carnegie e Imagina que ya no estoy fue finalista del National Book Award de Literatura para Jóvenes. ¿Cómo te ha afectado a ti y a tu trabajo ese reconocimiento?
A todos los escritores les gusta el reconocimiento y eso ayuda con la reputación, lo cual ayuda para publicar, en concreto, si estás derribando barreras y escribiendo libros de alguna manera difíciles o imposibles de catalogar. Así que sí, siempre me alegra mucho recibir premios, pero intento mantener los pies en el suelo para no darles más importancia de la que realmente tienen. Mi trabajo es escribir lo que escribo, lo que estoy orgullosa de escribir, lo que creo que es bueno. Si alguien reconoce la calidad de lo que escribo, soy muy feliz. Si no, intento no preocuparme demasiado. Mi trabajo es escribir los mejores libros que puedo escribir e intento concentrarme en eso.
Mi vida ahora ha sido llevada al cine recientemente. ¿Estuviste implicada en el proyecto? ¿Qué piensas del resultado final?
Apenas estuve implicada en el proyecto, en realidad. Disfruté viendo su evolución a lo largo de diez años, disfruté de la película, pero nunca he pensado de verdad en ello como algo que tuviese mucho que ver conmigo.
En Imagina que ya no estoy, Mia es una muchacha extraordinaria. Parece muy madura para sus doce años, probablemente porque su habilidad para ver los detalles la ha hecho sabia. Pero, después de todo, tiene doce años y muestra su inocencia. ¿Cómo nació el personaje de Mila? ¿Por qué su habilidad sherlockiana?
Como la mitad del Reino Unido, estaba obsesionada con el nuevo Sherlock Holmes de Benedict Cumberbatch que ha estado en televisión los últimos cinco años o así. Siempre me ha encantado la capacidad de Sherlock Holmes para ver más en cada escena que el resto, es un talento maravillosamente atractivo y solamente una exageración de las habilidades naturales del hombre. Así que le di a Mila un poco del talento de Sherlock. Estoy muy interesada en niños atentos —mi propia hija tiene una perspicacia y una inteligencia emocional extraordinarias, ¡algo que no heredó de mí!— La combinación de la inocencia y la habilidad para captar pistas sutiles es una cualidad propia de los niños (y los animales).
La relación padre-hija entre Mila y Gil (y también con Marieka) es muy especial, bastante atípica comparada con las otras relaciones familiares en ese libro. ¿Por qué? ¿Cuál fue la decisión detrás de esa relación?
Estoy cansada de que todos los padres en los libros juveniles sean villanos, intimidantes o tontos. Los padres terribles, ignorantes y destructivos que se ven una y otra vez son un cliché aburrido y degradante en los libros juveniles. Por otro lado, los padres también cometen errores terribles sin querer, eso me interesa mucho más que los padres que ignoran a sus hijos o los intimidan.
Tus novelas se diferencian mucho entre ellas y has tocado muchos temas en tus libros. ¿Qué podemos esperar de ti en el futuro?
Acabo de terminar un libro sobre un chico de veintitrés años que vive y trabaja en Nueva York, en el trabajo equivocado y con la novia equivocada. Es mi primera comedia absoluta y fue muy divertido escribirla. No tengo ni idea de qué haré después... A veces me sorprendo incluso a mí misma cuando surge el siguiente tema.
Todos tus personajes tienen una forma poco habitual de ver la vida, la familia y los amigos. ¿Cuánto de Meg Rosoff hay dentro de ellos?
Mis personajes son casi todos yo de una forma u otra. ¿Quién, si no, iban a ser?