— Antes de convertirse en escritor, James Frey trabajó como guionista, director y productor cinematográfico en Los Ángeles. — Su primera novela, En mil pedazos, dirigida al público adulto, obtuvo tanto éxito como controversia porque se vendió como unas memorias del autor a pesar de contar con numerosos detalles ficticios. — En 2009 fundó Full Fathom Five, una empresa especializada en producir novelas juveniles que, siguiendo el modelo de Crepúsculo, busca encontrar la fórmula de la novela juvenil perfecta. — Una de las primeras obras de la compañía fue la saga de Legados de Lorien, que Frey coescribió con Jobie Hughes, un estudiante de Bellas Artes. — La segunda incursión de James Frey en el mundo de la literatura juvenil, la recién publicada saga Endgame, también contó con el apoyo de un colaborador, en este caso Nils Johnson-Shelton. — Algunas grandes empresas como Google o Caesar's Palace (de los famosos casinos de Las Vegas) se vieron convencidas por las propuestas que tenía James Frey para la promoción de Endgame. — Google (a través de su empresa interna, Niantic Labs) ha puesto a disposición del proyecto Endgame un juego de realidad ampliada basado en geolocalización por GPS (algo así como una aplicación multijugador para móvil), en tanto los ejecutivos de Caesar's Palace han puesto en manos de Frey tres millones de dólares. El ganador de esta suma será aquel lector que resuelva los acertijos incluidos en la trilogía. |
Como autor has recorrido un largo camino que comenzó, nada más y nada menos, que hace once años. Tras cuatro novelas dirigidas al público adulto, ¿qué te llevó a apostar por la literatura juvenil?
He estado apostando por todo tipo de subgéneros de literatura juvenil con mi empresa, Full Fathom Five, desde hace ya algún tiempo. Tenemos historias deportivas, historias de amor, novelas de aventuras medievales, historias de superhéroes y villanos, historias de zombis, historias sobre el Mago de Oz, historias de ciencia ficción o de fantasía, historias sobre chicos normales en el mundo real y un montón de historias que mezclan dos o más de estos subgéneros u otros. Y también tenemos muchas más en camino.
Sobre el porqué, la lista prácticamente habla por sí misma. Trabajar en este tipo de libros es divertido, y no sería capaz de hacerlos de la misma manera si solo me relegase a la literatura adulta. También creo que este tipo de mercado está más inclinado a aceptar las nuevas direcciones que la publicación de libros está tomando.
El futuro de esta industria tendrá libros como eje central, bien en formato físico o como ebooks, pero estos libros también harán uso de herramientas multimedia y digitales para contar y mejorar las historias. Los niños, adolescentes y jóvenes no tienen tanto problema con estas opciones como sí pasa con algunos adultos. Explorar este nuevo mundo como escritor y creador con jóvenes lectores y fans es divertido, y esa es otra razón importante por la que estoy aquí.
La saga Legados de Lorien trajo consigo un género que no estaba especialmente de moda en la literatura juvenil: la ciencia ficción. ¿Qué os llevó a apostar por esta temática?
¡La ciencia ficción es una pasada, esa es la razón! Cuento mucho esta historia, pero más o menos todo se remite a Star Wars. Cuando era pequeño, ese era el tema. Esa era la historia. Un universo ilimitado, grandes personajes, ambientaciones geniales, batallas épicas, todo. Sé que muchos autores de mi edad estarán de acuerdo en que todavía vivimos bajo la larga sombra de Star Wars. En cierto sentido estoy intentando imitar eso con Legados de Lorien y Endgame. Crear un universo que es inmenso y creciente y fértil y fascinante y reconocible pero nuevo al mismo tiempo. Otro motivo para apostar por la ciencia ficción está ahí, en vuestra pregunta: porque no estaba de moda. Por algún motivo, los autores no estaban yendo por ese camino, así que pensé que yo lo intentaría. Y me alegra haberlo hecho.
Una pregunta para saciar nuestra curiosidad de fans, ¿por qué utilizáis Jobie Hughes y tú el pseudónimo de Pittacus Lore (un personaje real de la saga) para firmarla?
Pitacus de Mitilene fue uno de los antiguos líderes militares más importantes de Grecia. Me gustaba el nombre y pensé que sonaba guay. Lore viene de Lorien, el planeta natal.
El pasado agosto se publicó La venganza de Siete, el quinto libro de la saga. A falta de dos libros para cerrar la serie, ¿cómo valoras la evolución del proyecto? ¿Tienes ganas de terminar esta etapa, o todavía quedan demasiados cabos por atar como para pensar en eso?
Legados de Lorien ha sido genial. Y espero que siempre sea genial. ¿Estoy contento por seguir adelante? Claro. ¿Estoy triste por seguir adelante? Absolutamente. Ayudó a Full Fathom Five a alcanzar el éxito, y eso nunca cambiará. Con respecto a los cabos por atar, no sabría decir. Revelar demasiado podría considerarse hacer spoilers. Lo que sí puedo decir es que los dos ultimos libros van a ser la caña. Y puede que intentemos buscar la manera de extenderlo.
Ha llegado el momento de hablar de tu nueva saga: Endgame. Endgame es más que una trilogía, es un proyecto multiplataforma en el que los lectores tendrán un jugoso incentivo económico que ganarán si resuelven los acertijos de las novelas. ¿Cómo surge un proyecto de tamaña magnitud? ¿Empezasteis con la novela, y después desarrollasteis esta original forma de promocionarla, o creasteis la novela pensando en este tipo de promoción?
Cuando era pequeño, mi madre me dio una copia de un libro llamado Masquerade de Kit Williams. Era un libro realmente sencillo, quince ilustraciones que contaban la historia de una liebre llevando un tesoro desde la luna hasta el sol. Pero Masquerade era más que un libro bonito: era, de hecho, una búsqueda del tesoro. Williams había fabricado una versión de la liebre de la historia hecha de oro de dieciocho quilates con joyas incrustadas y la escondió en algún lugar de Inglaterra.
Las ilustraciones y las palabras del libro escondían pistas, y si uno lograba descifrarlas, encontraría la liebre. Estaba valorada en unas cuarenta mil libras (no una fortuna, pero un montonazo de dinero para un niño). Fui totalmente abducido por el libro y el puzle. Pasé horas y horas volando entre las páginas, buscando pistas, convencido de que, de alguna forma, encontraría la liebre y utilizaría el dinero para comprarme todas y cada una de las figuras de acción de Star Wars y una habitación llena de Legos o algo así.
Por supuesto, no gané. Pero no importó. La historia fue genial y el reto fue genial y la inmersión fue genial y la experiencia fue genial. Y para eso fue diseñado en última instancia Endgame: para ser una experiencia. Como Masquerade, tiene una búsqueda del tesoro y un libro y una historia. Siempre tuve grandes ambiciones para el proyecto, y así es cómo comenzó.
Se me ocurrió la idea inicial, y mientras Nils y yo trabajábamos en la historia, siempre tuvimos el puzle en nuestras cabezas. Al principio, pensé que podríamos diseñarlo nosotros mismos. Nils y algunos de mis compañeros no lo tenían tan claro, y me lo dijeron. Finalmente encontré a Mat Laibowwitz y a Adam Susman en Futuruption. Una vez nos reunimos con ellos, me di cuenta de que estaba fuera de mi elemento en el tema del rompecabezas. Historias, escribir, relacionarme… ese era mi campo. No el diseño de acertijos. Y el puzle que ellos crearon fue alucinante. Es maravilloso y elegante y retador y astuto, y es mucho mejor que cualquier cosa que hubiésemos podido imaginar nosotros.
Desde ahí, las cosas se desarrollaron de forma natural. Necesitábamos un equipo técnico, así que contactamos con algunas empresas, Google entre ellas. Nos llevó mucho tiempo, pero finalmente se apuntaron, y añadieron que desarrollarían un videojuego complementario y un juego de realidad alternativa (alternative reality game, ARG) para Endgame. Fue un regalo. Era algo a lo que aspiraba cuando lo preparé, y ahora ahí estaba. Trabajar con John Hanke y Jim Stewartson y todo el equipo de Google ha sido fantástico. Una vez Google se embarcó en el proyecto, nos dirigimos a los editores y a Hollywood. Y ahora tenemos treinta y cuatro contratos de publicación cerrados y una adaptación cinematográfica en desarrollo con Fox y Marty Bowen y Wyck Godfrey de Temple Hill.
Ha sido maravilloso, una increíble colaboración en todos los aspectos, y espero que continúe. Ahora solo tenemos que lanzarlo y cautivar y divertir y enganchar a lectores y jugadores, a los que les gusta resolver acertijos y a los que aman una buena historia.
Aunque para definir Endgame podríamos utilizar palabras como acción, poder, competición y miedo, más allá de ser una lucha por la supervivencia, el alma de Endgame es un rompecabezas. Si ya es complejo desarrollar un argumento de por sí, ¿cómo planeasteis una historia llena de tantos acertijos? ¿Qué sistema habéis seguido para que todas las piezas del rompecabezas encajen?
Ha sido un gran desafío, y aunque no puedo decir demasiado sobre el rompecabezas en sí, puedo decir que encaja por el trabajo y la pasión que Mat y Adam y Futuruption han puesto en ello. Colaboramos con ellos para hacer que encajara el puzle dentro del libro en algunos momentos, pero la mayoría se hizo una vez la novela ya estuvo escrita. También creo que, desde la perspectiva de contar la historia, ayuda el hecho de que los personajes estén ocupados con su propio acertijo dentro de la trama. Esto nos ayudo a escribir el libro y creo que ayudó a Mat y Adam a introducir el puzle entre sus páginas.
Una de las cosas que más nos ha impactado a los que hemos leído la novela es el extenso trabajo realizado con la ambientación de la historia. ¿Cómo fue el proceso de documentación de la multitud de paisajes que se describen en el libro? ¿Has podido visitar alguno de los lugares mencionados en la novela?
Nils y yo hemos estado en algunos de esos lugares, pero ni de lejos en todos. Ninguno de nosotros ha estado en Xi’an, China, o Gobekli Tepe en Turquía, por ejemplo. En su mayoría confiamos en documentarnos a la vieja usanza, fundamentalmente a través de Internet, pero también gracias a revistas y artículos de periódicos. Creo que National Geographic tuvo un reportaje central dedicado a Gobekli Tepe en el 2012, y sin duda utilizamos eso. Pero básicamente escribir este libro no habría sido posible sin las fuentes disponibles de forma gratuita en Internet, especialmente el satélite de Google Maps y su street view. Es totalmente casualidad que ahora trabajemos con el hombre detrás de Google Maps —John Hanke—, pero es una coincidencia muy apropiada.
Muchos autores sueñan (otros incluso tienen pesadillas) con la idea de ver su libro convertido en película. Como autor que ya ha pasado por esa experiencia, ¿qué nos puedes contar del proceso de adaptación de Soy el número cuatro? ¿Repetirías?
Repetiría una y otra y otra y otra vez. Tantas veces como pudiese. Incluso si la experiencia no es siempre perfecta, siempre es divertida y, a fin de cuentas,no hay nada como una adaptación cinematográfica para lograr que tu libro llegue a más gente y hacer que tenga más éxito.
Cualquier autor lo suficientemente afortunado como para ver su libro convertido en película o, más habitual en estos días, en una serie de televisión, sabe de qué hablo. Es, simple y llanamente, una bendición.
Tanto Legados de Lorien como Endgame son novelas escritas a cuatro manos, una opción que cada vez se está extendiendo más entre los escritores. ¿Qué destacas de esta experiencia? ¿Cómo os organizáis?
La idea básica de Endgame es mía, pero Nils y yo colaboramos en el argumento, en las culturas que usaríamos para los doce clanes del mundo de Endgame y el desarrollo de los personajes. Hacíamos sesiones de brainstorming en las que esquematizábamos partes del libro en una enorme pizarra, y entonces Nils escribía el primer borrador, y lo revisábamos una y otra vez y entonces llegaba mi turno y escribía el borrador intermedio y el final. Entonces iba a manos del editor y pasábamos por el proceso estándar de edición, y Nils y yo nos dividíamos para hacer las correcciones, o yo hacía algunas y él hacía otras. Aparte, Nils y yo hicimos esquemas del segundo libro en una pizarra en mi actual oficina. Ocupa tres paneles en una esquina. Los dejé allí tanto tiempo que la tinta se secó por completo y ahora no puedo borrarla. Así que a menos que pinte sobre ella, estoy atrapado. Tendremos que encontrar otro sitio donde sintetizar el tercer libro, imagino.
¿Podrías recomendarnos algunas de tus obras juveniles favoritas?
El Señor de los Anillos, El corredor del laberinto y The Cloak Society [de Jeramey Kraatz].
Nuestros lectores ya te conocen gracias a tus trabajos como escritor; nos gustaría, no obstante, que conociesen tu otra faceta profesional: la creación de la compañía Full Fathom Five. ¿Cómo nació este proyecto? ¿A qué retos quiere enfrentarse?
Me encanta contar historias. Y quería contar más de las que podía escribir yo solo. Full Fathom Five me permite trabajar en muchos más libros y contar muchas más historias. El mayor reto es, de hecho, conseguir escribir los libros. Tienen que ser geniales si vamos a publicarlos, y eso es muy difícil.
Una vez Endgame llegue de verdad a su fin, ¿en qué proyectos literarios te gustaría embarcarte? ¿Hay ya alguna historia juvenil que te ronde la cabeza?
En primer lugar, Endgame no ha hecho más que comenzar y espero que cautive a millones de lectores y jugadores y fans y que se convierta en un fenómeno cultural. La mayor parte de mi energía está dedicada ahora y en el futuro próximo a Endgame y su éxito.
Dicho esto, tengo docenas de historias juveniles en la cabeza. Es lo genial de este modelo: puedo perseguir, si no la mayoría de mis ideas, al menos un número aceptable de ellas. Muchas más de las que lograría perseguir si escribiese estas historias solo. Quiero ir por completo a por este nuevo mundo donde los libros se entrecruzan e interaccionan con el mundo digital, con las redes sociales, con el mundo en el que realmente vivimos y con formas alternativas de ampliar y potenciar la experiencia de las historias.
Sé que hay un montón de quejas sobre cómo va a salir esto, sobre el futuro de los libros y todo eso, pero sinceramente creo que es probablemente el momento más emocionante para estar involucrado con libros y publicaciones desde que Gutenberg inventó la imprenta. Y no exagero. Se están abriendo nuevos mundos para libros y autores, y estoy superemocionado por poder explorarlos.