Deborah Ellis es una escritora canadiense de literatura juvenil realista. Sus novelas, donde difunde y resalta sus ideas a favor del pacifismo, han sido traducidas a más de quince idiomas y las aventuras protagonizadas por Parvana, una joven afgana que huye de un campo de refugiados, es una de sus novelas más leídas y premiadas. Reconocida activista anti-guerra, dona parte de los beneficios que obtiene de sus libros a proyectos a favor de las mujeres y los niños en países con conflictos bélicos.
Los temas de tu literatura (drogas, inmigración, guerras) no son los temas más de moda en la literatura juvenil. ¿Por qué crees que es importante que la literatura para jóvenes trate también temas como las drogas, la inmigración o las guerras?
En realidad sólo tengo un único tema: el coraje. El coraje es una elección y hay días en los que somos capaces de elegir tener ese coraje y otros días en los que no tomamos esa decisión. Me fascina cómo podemos elegir actuar con coraje o no hacerlo. Nos enfrentamos a esa decisión muchas veces a lo largo de nuestra vida. Parto de este tema para las historias porque no me gustan las cosas que no tienen sentido, y la guerra, las adicciones, la lepra o la injusticia no tienen sentido porque están causadas por una elección humana y nosotros podemos aprender a escoger mejores decisiones.
Muchos de tus libros han sido premiados. En 2000 recibiste el premio Governor General’s Award por Looking for X, en 2003 el premio Jane Addams Book Award por El viaje de Parvana y, más recientemente, de nuevo el premio Jane Addams Book Award Special Commendation por la trilogía El pan de la guerra. ¿Han servido estos premios para dar a conocer tu literatura y poder llegar a más lectores?
He sido muy afortunada y estoy muy agradecida por haber recibido premios por mi obra. Uno de los grandes beneficios de los premios es que me han dado confianza para seguir cuando el trabajo se vuelve difícil.
¿Te inspiraste en alguna joven para desarrollar el personaje de Parvana, la protagonista de tu libro El pan de la guerra?
Los personajes de los libros de El pan de la guerra son inventados, pero están basados en mucha de la gente y muchas de las historias que escuché en los campos de refugiados afganos en Pakistán.
Cuando acabamos de leer El pan de la guerra, nada indica que es el primer libro de una trilogía. ¿Por qué te animaste a continuar la historia de Parvana en el libro El viaje de Parvana?
Continué las historias de Parvana y Shauzia en El viaje de Parvana y en Ciudad de Barro porque sentía curiosidad por saber qué pasaba con cada una cuando sus vidas siguieran caminos separados. He ido un paso más allá y he escrito un cuarto libro en la saga. Se publicará en Canadá en septiembre y se titula My name is Parvana.
Uno de los libros no traducidos a español es la colección de relatos cortos Lunch with Lenin and Other Stories, en la que tratas el tema de las drogas, desde perspectivas muy diferentes. Normalmente tu narrativa suele tratar más el género de la novela. ¿Por qué te decidiste por los relatos cortos en este libro en particular?
Lunch with Lenin surgió porque a donde quiera que viajo, escucho historias sobre niños cuyas vidas se han visto afectadas por adicciones y por el tráfico de drogas ilegales. Quería llamar la atención sobre tantas historias de este tipo como me fuera posible, por eso hice una colección de historias cortas. Además, escribir relatos cortos es un reto diferente al de una novela, y siempre está bien enfrentarse a un nuevo reto.
La tienda del cielo es la historia de dos hermanas y un hermano. Se quedan huérfanos por la epidemia de SIDA. Su padre tenía un pequeño negocio de ataúdes, llamado The Heaven Shop Coffins. Cuando estuve en Malaui y Zambia, vi muchos talleres de ataúdes con nombres parecidos a ese. En la novela los niños trabajan para rehacer el negocio familiar para poder cuidar de sí mismos y de otros niños que conocen.
Según hemos podido leer, hay negociaciones para llevar La tienda del cielo a la gran pantalla. ¿Qué nos puedes contar del proyecto?
Se ha trabajado para convertir La tienda del cielo en película. Escribí un guión, los productores trabajaron duramente para conseguirlo. Todavía tengo esperanzas de que se consiga. Actualmente una productora está trabajando en El pan de la guerra.
The Company of fools, otros de tus libros no traducidos al español, es uno de los pocos ambientados en una época que no es la actual. Trata de una compañía teatral que durante la plaga de la peste en el s. XIV en París entretiene a los contagiados y moribundos. ¿Cómo descubriste esa compañía teatral y qué te atrajo de ellos para dedicarles una novela? Hemos leído que te gustaría hacer una secuela, ¿nos puedes adelantar algo al respecto?
The Company of fools surgió porque siempre me ha fascinado la Edad Media y los retos a los que la gente tenía que enfrentarse entonces. No tengo pensado escribir una secuela, pero ¿quién sabe?
En Ciudad de barro, la protagonista, Shauzia, quiere salir del campo de refugiados en Pakistán donde vive y llegar a Francia para encontrarse con Parvana. Tras El pan de la guerra y El viaje de Parvana, en este tercer libro cambias la protagonista para terminar la trilogía, aunque mantienes la voz narrativa femenina. ¿Cómo te decidiste a darle más espacio al personaje de Shauzia y cederle esa posición para ser quien cerrara la trilogía?
Escribí sobre Shauzia en Ciudad de barro porque realmente me gusta ese personaje. De alguna forma lo pasó peor que Parvana porque su familia era abiertamente hostil con ella. Ella es la combinación de una soñadora y una realista, y alguien que creo que me habría gustado mucho de haberla conocido en la vida real.
Looking for X es tu novela juvenil adulta, no traducida al español. En ella encontramos a un personaje femenino fuerte, una joven, Kyber, que es algo ruda e independiente, pero también muy leal a sus amigos. Aunque lo que más pueda definirla en un primer momento es que sea la hija de una stripper, a nosotros nos atrae la relación que mantiene con sus hermanos pequeños, con quienes es atenta y amable, todo lo contrario de lo que muestra al exterior. ¿Cómo desarrollaste este personaje?
Disfruté mucho teniendo a Khyber en mi cabeza. Es uno de esos personajes raros que aparecen sólo de vez en cuando. Ella es muy protectora con sus hermanos gemelos pequeños, que padecen de autismo severo, y es muy gentil con gente que ella nota están de su parte, pero es muy brusca con los que son crueles. Es una marginada en el colegio, y porque vive en la pobreza, también es una paria en la ciudad. Por eso, puede entender a sus hermanos que viven en un mundo aparte del resto de la sociedad. La creé como la hija de una ex-stripper porque he conocido mujeres que trabajan en esa industria que son además madres fantásticas, lo cual es algo por lo que no siempre se las respeta.
Has tenido alguna vez problemas para publicar en alguna editorial por los temas comprometidos sobre los que escribes? ¿Y para ser leída o recomendada en algún instituto?
He sido muy afortunada por haber sido publicada por editoriales maravillosas, incluso cuando los libros que he escrito tratan temas difíciles. Las veces que han rechazado mis libros ha sido porque era malo —mal escrito, mala idea—, no por los temas que presentase. Los libros son cosas muy personales. Hay quien quiere leer libros como los míos, otros quieren leer otras cosas.
En uno de tus últimos libros traducidos en nuestro país, Ningún lugar seguro, trasladas la acción del libro del medio oeste a las costas inglesas, tratando el tema de la inmigración. ¿Hablaste con algún joven inmigrante ilegal? ¿Cómo te documentaste para esta novela?
Me documenté para Ningún lugar seguro pasando tiempo en Europa del Este, Alemania y France, y visitando Rusia e Inglaterra también. Dondequiera que voy siempre conozco a gente joven que viaja sola, buscando un lugar seguro donde establecerse. A veces lo encuentran, otras no.
Hemos podido leer que donas cierta parte de los beneficios que obtienes por la venta de tus libros y con ellos se han podido poner en marcha escuelas, clínicas y centros para las mujeres en Afganistan. organizaciones tales como "Women for Women in Afghanistan" (mujeres para mujeres en Afganistán) y UNICEF. ¿Qué nos puedes contar de esos proyectos?
Estoy muy contenta de que el dinero de mis libros pueda usarse para una buena causa. Hay gente que sabe cómo construir escuelas, cómo formar a profesores, cómo organizar la entrega de libros a niños en zonas de guerra, etcétera. Yo no sé hacer esas cosas, así que me alegro de que lo que sé hacer ayude a aquellos que puedes hacer estos trabajos tan increíbles.
Tu obra ha sido traducida a 17 idiomas, incluido el nuestro. En España sólo tienes traducidas cinco novelas. ¿Van a traducir alguna más en el futuro?
Es fascinante ver mis libros traducidos a otros idiomas. A veces puedo conocer a jóvenes lectores en otros países que han leído mis libros en idiomas que no conozco. Recientemente la saga de El pan de la guerra ha sido traducida al afgano, lo cual es fantástico.
Muchas gracias por atendernos, Deborah.