A nadie le extraña ya que algunas de las puertas de nuestro templo literario nos conduzcan a una sala de cine. Últimamente la industria del celuloide parece haberse fijado en la literatura juvenil, especialmente en la de género fantástico. Pero, ¿son siempre fieles esas adaptaciones? ¿Hay más en la novela de lo que la película da a entender?