Una leyenda en tierras heladas, donde el frío no abandona. Una historia antigua, de las que se narran oralmente y no se olvidan.
Érase una vez una niña llamada Katrin que vivía en un paraje helado con sus padres y hermano. Su padre era cazador y leñador, pero ella soñaba con que fuera barquero. Porque los barqueros no matan animales ni dañan los árboles. En cambio, los cazadores y leñadores, sí.
Por eso, cuando Katrin se encuentra con una familia de zorros plateados, decidirá cuidarlos sin que nadie, o más bien su padre, se entere y los mate. Porque, como buen cazador que es, sabe leer las huellas en la nieve. Y la nieve nunca engaña. Pero unos zorros pueden, ¿no crees?
En 2014, la editorial Edelvives publicaba esta entrañable historia narrada por el autor Ricardo Gómez y acompañada de varias ilustraciones en blanco y negro realizadas por Ximena Maier.
El escritor narra con sencillez, de forma clara y natural, las aventuras de Katrin, dirigiéndose al lector de tú a tú y sin esconderse detrás de un narrador ajeno a la historia.
Aunque debido a su corta extensión no se profundiza mucho en el personaje del padre, la protagonista es toda una sorpresa por su fuerza, su valentía y también por su inocencia.
Los más pequeños disfrutarán con esta lectura y les abrirá los ojos en algunos aspectos; a los mayores los enternecerá y les recordará a esas excusas débiles que utilizábamos para resolver problemas y a las respuestas de nuestros padres más allá de nuestro entendimiento.
Los zorros del norte es un canto a la naturaleza, a los animales, pero sobre todo a las leyendas. Aquellas que pasaron de generación en generación gracias al boca-oreja, que persisten hoy en día y que nos maravillan siempre que nos las cuentan. «Palabra más, palabrita menos».