Emika tiene dieciocho años, es una cazarrecompensas y está en la ruina. Su única oportunidad de conseguir los tres meses de alquiler que debe es atrapar a algún delincuente y cobrar la recompensa de la policía, pero tampoco en eso tiene suerte. Podría ganarse la vida trabajando como informática, pero un incidente en el instituto desveló sus habilidades como hacker y una orden judicial le prohíbe acercarse a un ordenador en dos años.

Para evadirse de sus problemas entra en Warcross, el juego de realidad virtual más popular de la historia, al que está enganchado un 90% de la población mundial. Ese mismo día es la inauguración de los juegos anuales de Warcross, una liga en la que los mejores jugadores se enfrentan por equipos. Su situación desesperada le lleva a hackear el juego, pero el resultado no es el que ella esperaba: durante unos segundos, su avatar aparece en la ceremonia inaugural, donde todo el mundo puede verlo. Emika está convencida de que van a volver a arrestarla, pero en su lugar recibe la llamada de Hideo Tanaka, el creador de Warcross y su ídolo desde pequeña, que paga todas sus deudas y la invita a Tokio para trabajar para él.

El inicio de Warcross es poco original pero efectivo: la protagonista, igual que Harry Potter o que La Cenicienta, vive una situación dura e injusta, que hace que el lector empatice con ella y se alegre cuando su suerte mejora. Marie Lu aprovecha estas escenas para presentarnos el videojuego, de manera que, cuando Emika llega a Tokio, ya estamos listos para meternos de lleno en la acción. Hideo Tanaka le cuenta sus planes, que nosotros no te vamos a desvelar, y empieza lo bueno: dos tramas de acción igual de emocionantes que se van entrelazando, y un romance que nos ha sorprendido gratamente.

La sensación al terminar Warcross, la primera entrega de la saga, es que habría funcionado bien como novela independiente si le hubiesen dado cien páginas más, pero esperamos que en el segundo libro aparezcan nuevos elementos y no sea solo una continuación de las tramas de este.

Warcross engancha con un futuro muy atractivo y un argumento trepidante, que gustará tanto a los fans de los videojuegos como a los de la fantasía y la ciencia ficción.