En los últimos años los fantasmas se han vuelto más abundantes y más peligrosos. Su roce provoca la muerte, y el problema es que solo los niños y los adolescentes pueden verlos. La sociedad ha tenido que adaptarse a la nueva situación: en las ciudades hay farolas antifantasmas, las casas se protegen con hierro y sal… pero lo único verdaderamente efectivo son los agentes, jóvenes capaces de ver a estos Visitantes y que, por lo tanto, pueden enfrentarse a ellos. Los agentes van a las casas, localizan la Fuente (el objeto al que está ligado el fantasma) y lo destruyen para que sus dueños puedan vivir tranquilos.
Esta es la historia de una de esas agencias. No de la prestigiosa agencia Rotwell, ni de Fittes, fundada por la mismísima Marissa Fittes, sino de una humilde agencia que cuenta tan solo con tres miembros: Lockwood, el líder, es optimista, enérgico y tiene facilidad para ver a los fantasmas; George es más prudente y es quien se encarga del trabajo de documentación, y Lucy es una chica de acción, valiente y con una habilidad extraordinaria para oír a los fantasmas e, incluso, para conocer sus sentimientos. Parece un equipo invencible, ¿verdad? Y, aunque es cierto que acaban con los Visitantes, también suelen producir daños irreparables en el entorno.
Precisamente para arreglar su último desastre se ven obligados a aceptar un encargo suicida: tendrán que pasar la noche en la casa más encantada de Inglaterra, de donde ningún agente ha logrado salir con vida.
Una vez más, Jonathan Stroud demuestra su habilidad para crear ambientaciones fantásticas. Al igual que en la saga de El amuleto de Samarkanda, la historia transcurre en una Inglaterra donde la magia existe (o, en este caso, los fantasmas) y encaja de manera creíble con la sociedad actual.
El punto fuerte de Los Visitantes son los tres protagonistas, en especial el carismático Anthony Lockwood, que siempre tiene listo el comentario perfecto… al menos desde el punto de vista de Lucy, que narra la historia. El argumento tarda en arrancar, pero luego todas las tramas confluyen y se resuelven en un emocionante desenlace.
Con esta primera parte de Agencia Lockwood, Jonathan Stroud ha conseguido sentar las bases para una saga de acción y fantasía al estilo de Rick Riordan, que seguro que enganchará a muchos jóvenes lectores.