París, 22 de enero de 1905. En la estación de Lyon, Monique espera la llegada de la aclamada escritora estadounidense Charlotte Perkins Gilman, que ha decidido descansar unos días en la capital antes de que su gira europea dé comienzo. El momento de su llegada coincide con el cortejo fúnebre de Louise Michel, a la que París quiere decir adiós. En su anterior gira, Perkins Gilman estuvo con la que acabaría siendo conocida como la Virgen Roja; fue solo una tarde, pero en ella hablaron de una obsesión compartida: la ficción utópica.
Así da comienzo el relato, que por medio de diferentes flashbacks se remonta hasta 1870, en Montmartre, aquella época en la que Francia estaba en guerra con Prusia. Poco después, ante la incompetencia del gobierno, Louise lideró al pueblo al grito de «¡DEJAD PASO AL PUEBLO! ¡DEJAD PASO A LA COMUNA!». Esa es la época en la que Louise y la madre de Monique soñaban con la esperanza de construir de cero un mundo perfecto, pero para el que primero se necesitaba llevar a cabo una guerra entre productores y explotadores.
Pero, en palabras de Louise, parece que «todo corazón que late por la libertad solo tiene derecho a un poco de plomo»... aunque siempre hay destinos peores que la muerte.
Desde su publicación en 2016, La Virgen Roja va ya por su sexta edición. La narración parte de una conversación entre Monique y Charlotte (a las que más tarde se incorpora la madre de Monique), que deja espacio no solo para contar parte de la vida de Louise Michel, sino también para recorrer el pensamiento de aquellas mujeres que se atrevieron a soñar con un futuro donde la ciencia mejoraría las vidas de todos y no solo de unos pocos.
Coloreada en blanco y negro, con la diferencia de que el pasado del que se habla se torna sepia para diferenciarlo del pasado durante el que transcurre la historia, solo aparecen detalles concretos en rojo, como el de unos claveles en flor.
La Virgen Roja supone un intenso y conmovedor trabajo de investigación realizado por la académica Mary M. Talbot, cuya obra conjunta con su marido, el dibujante Bryan Talbot, es ya pilar del catálogo de La Cúpula. Por muchas que fueran las penurias que sufrió, resulta apasionante conocer lo adelantado que estaba el pensamiento de Louise Michel a su época: luchó a capa y espada por que, entre muchas otras cosas, el conocimiento ampliase los horizontes y no los restringiese.
La Virgen Roja es una biografía estupenda para que cualquiera pueda familiarizarse con una de esas piezas de la historia que muchas veces quedan socavadas bajo la mano patriarcal que la escribe.