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El último mago (primera parte de la saga)
Lisa Maxwell

Puck
Reseñas de novedades El Templo#68 (febrero 2019)
Por Marta Álvarez
5.298 lecturas

1926: Una ladrona con habilidades especiales se cuela en una mansión para robar una daga de inmenso poder. Lo hace durante una subasta de la Orden de Ortus Aurea, una poderosa organización dedicada a erradicar a los maegus como ella.

1902: Un mago salta desde el puente de Brooklyn. Es su intento desesperado de destruir un arma que podría significar el fin de todos los que son como él.

1900: El líder de una de las bandas más peligrosas del Bowery es testigo de cómo le arrebatan lo que más le importa. A cambio, solo recibe un retal ensangrentado con el mensaje: «Libera el Libro». Él aún no lo sabe, pero su venganza podría sacudir el rumbo de la historia.

En la actualidad, ya casi nadie cree en los mageus. Y es cierto que la magia lleva siglos desvaneciéndose, pero aún no se ha apagado del todo. Los pocos mageus que quedan, ocultos y perseguidos en secreto, están dispuestos a cualquier cosa para salvar a los suyos… incluso a cambiar el pasado.

Todos estos momentos tienen algo en común: el distrito de Manhattan y su Umbral, una barrera que cruza el puente de Brooklyn, que succiona la magia y mantiene a los mageus atrapados entre el Hudson y el East River.

El último mago hechiza desde el primer párrafo. La ambientación, que se mueve por las partes más sórdidas del Manhattan de principios del siglo pasado, la historia de bandas y luchas de poder, las habilidades mágicas de cada uno de los mageus y el entramado de voluntades y desconfianzas… Todo esto, urdido con el estilo elegante y sobrio de Lisa Maxwell, teje una trama de la que es difícil escapar.

Y eso es precisamente lo que les sucede a los propios personajes: todos están enredados sin remedio en una batalla donde cada persona es su propio bando. Se nos presentan en una escala de grises que no permite que el lector confíe plenamente en ninguno de ellos; a unos los conocemos más, a otros menos, pero todos fascinan.

Si algo puede reprochársele a El último mago es que, tras un nudo un tanto lento, el desenlace es bastante apresurado y algo confuso. Pero quizás está hecho a propósito, para que acudamos a la continuación a despejar nuestras dudas.