Julián Esparza solía recorrer el mundo en busca de objetos extraños, inventos con poca utilidad pero únicos. Su hermano, César, y él habían fundado el Museo de la Invención Absurda, y su parte del negocio consistía en buscar nuevos artículos para su colección. Fue en uno de estos viajes donde un hombre le habló de una lámpara mágica que concede deseos, igual que la del cuento de Aladino. Julián y César siguieron la pista de la lámpara a lo largo de la historia, intentando averiguar su paradero actual, pero cuando ya estaban muy cerca, la desgracia asoló su familia.
Quince años después, Carlos y Teresa reciben la noticia de que su padre, Julián Esparza, ha muerto. Los dos hermanos saben que su madre falleció cuando eran muy pequeños y que su padre llevaba en paradero desconocido desde entonces. Ellos han crecido en un internado en Bulgaria y no saben casi nada de su familia.
Será Oswaldo Sosia, un antiguo amigo de sus padres que ahora gestiona el Museo de la Invención Absurda, quien les ponga al día y les hable de la lámpara mágica que obsesionaba a su padre y a su tío. Oswaldo conoce parte de las averiguaciones que hicieron; sabe, por ejemplo, que la lámpara perteneció a Marco Polo, y dónde fue a parar en los siglos siguientes… pero luego se perdió su pista. Antes de morir, Julián aseguraba haber descubierto su paradero, y Oswaldo cree que sus hijos, Carlos y Teresa, son los únicos que podrían repetir la hazaña de su padre.
Último deseo parte de la premisa de que la lámpara de Aladino existe, aunque solo concede un deseo y no tres, y también son reales algunos inventos como un robot que siempre gana al parchís o una máquina que permite viajar diez minutos atrás en el tiempo. La lámpara mágica ha viajado de un rincón de la Tierra a otro, ha pertenecido a gente ilustre y a completos desconocidos, y ha llevado a sus propietarios fama y gloria, en algunos casos, pero también desgracias.
Pero Carlos y Teresa (y el lector con ellos) no solo descubrirán el interesante ir y venir de la lámpara, sino que también irán averiguando la verdadera historia de su familia, por qué Julián y César se acabaron odiando, y qué ocurrió la noche en que murió su madre.
Como ves, Último deseo es una novela con mucho argumento, que engancha desde el momento en que se plantea el misterio de la lámpara mágica y avanza a buen ritmo hasta el final. El modo en que los protagonistas van averiguando la historia de la lámpara es completamente verosímil: a veces tienen buena suerte, pero otras veces cometen errores o se encuentran en un callejón sin salida. Y siempre que el lector saca alguna conclusión, uno de los protagonistas también lo hace, de modo que no da la sensación de que los personajes sean tontos o los autores estén forzando la situación para alargar el misterio.
Último deseo es un libro altamente recomendable: bien escrito, con una trama de misterio muy compleja y magistralmente resuelta, aventuras y un toque de humor.