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Un trono oscuro (Tres coronas oscuras II)
Kendare Blake

Del nuevo extremo
Reseñas de novedades El Templo#66 (octubre 2018)
Por Marta Álvarez
4.741 lecturas

¡Cuidado, continental! Esta reseña contiene spoilers para cualquiera que desconozca las desgracias que sufrieron las reinas en Tres coronas oscuras I.

Tras lo sucedido en Beltane, ya nadie está tan seguro de que Mirabella vaya a hacerse con la corona. Sus hermanas han demostrado ser mucho más temibles de lo esperado: Arsinoe se presentó con un oso por familiar, y Katharine se alzó de entre las profundidades del Dominio de Breccia, el foso del que ninguna reina había logrado escapar jamás, y ahora la llaman la Reina Zombi.

Apoyar a la hermana correcta puede cambiarte la vida; apoyar a la incorrecta puede acarrearte la muerte. Además de la tensión inevitable de tener a tres trillizas obligadas a matarse entre sí, Un trono oscuro añade la intriga de las conspiraciones y las alianzas. Está claro que Jules apoya a Arsinoe, y que los Arron harán todo lo que está en sus manos (que no es poco) para sentar a otra envenenadora en el trono. Pero, ¿cambiarán las lealtades de Billy cuando su padre lo obligue a conocer a Mirabella? ¿Y qué hay de Pietyr, que juró amar a Katherine y que, poco después, la empujó al Dominio de Breccia? Las reinas no pueden bajar la guardia: el Año de la Ascensión ha comenzado, y eso significa que nadie está a salvo de nadie.

En la primera entrega de Tres coronas oscuras, Kendare Blake sacrificó un poco el ritmo de la trama a cambio de presentarnos las macabras tradiciones de Fennbrin, la isla de las reinas asesinas. Pero ahora que ya conocemos a las protagonistas, sus dones y sus (supuestos) aliados, la autora pasa directamente al meollo de la cuestión: la muerte. En Un trono oscuro no hay respiro ni para las trillizas ni para el lector. Es una novela cargada de acción y sangre, donde nunca sabes de dónde (o de quién) vendrá el siguiente ataque. Lo único que empaña el tenebroso placer de esta lectura es la traducción, tan literal en ocasiones que no podemos evitar centrarnos en ella en lugar de en los infortunios de las reinas.

A pesar de eso, Un trono oscuro es una aventura que conseguirá engancharte hasta el final. Un final que, por cierto, promete una tercera parte de proporciones todavía más épicas… y más sangrientas.