Catorce dioptrías en el ojo izquierdo y otras veinte en el derecho. Para los oftalmólogos, se trata de un caso de «miopía magna» y para Enric, el joven que sufre esta condición, es la razón por la que está condenado a llevar unas aparatosas gafas de gruesísimos cristales desde que era pequeño.
Las gafas nunca habían interferido en su vida en la ciudad, con sus amigos y colegio de siempre. El problema llega cuando el padre de Enric decide que la atmósfera de la ciudad es cada vez más tóxica y que lo mejor que pueden hacer es emigrar al campo, lejos de los gases y los alimentos con aditivos cancerígenos. Los chicos del pueblo al que se mudan no son tan comprensivos con la miopía de Enric, quien no tardará en convertirse en el blanco de todas las burlas.
Todo parece ponerse en su contra hasta que el chico recibe una visita muy especial: un Genio, como los de los cuentos, que está dispuesto a concederle tres deseos.
En Tres deseos se fusionan dos historias. Por un lado, tenemos a Enric, un personaje sencillo cuyos problemas adolescentes y evolución no distan demasiado de los que podría haber en una novela juvenil realista al uso. La clave, por tanto, reside en el otro lado de la balanza: el Genio. El libro empieza a funcionar cuando las ambiciones de este personaje, que actúa como otro protagonista, con igual o incluso mayor importancia que Enric, se mezclan con los deseos del chico. La fuerte personalidad del Genio se interpone en el desarrollo de Enric, y se crea un vínculo entre ambos protagonistas que aporta una lectura crítica, ideal para reflexionar.
Otro aspecto interesante de la figura del Genio es su procedencia: el Genio vive en el Mundo Invisible, una realidad paralela a la nuestra en la que todas las criaturas fantásticas que creíamos posibles solo en los cuentos son reales e influyen en nuestra vida cotidiana. El lector se adentra en este mundo a través de los ojos de Enric (ya curados gracias al primero de los deseos que le concede el Genio), y se construye una ambientación de realismo mágico con gran potencial que contribuye a que el libro tome cada vez más fuerza, hasta culminar en un final de infarto que estamos acostumbrados a ver solo en las historias de acción.
Por todo ello te animamos a que le des una oportunidad a la última novela de Andreu Martín: estamos convencidos de que muy pocas veces has leído algo parecido a Tres deseos.