Había una vez un reino llamado Wanderly donde los habitantes vivían al pie de la letra; los cuentos marcaban sus destinos y nadie podía cambiar el papel que se le asignaba.
En toda historia que se precie debe haber siempre un héroe que salve al pueblo, por lo que los Triunfantes conforman la élite que se entrena para, algún día, cumplir su cometido y cubrirse de gloria. Sin embargo, no hay victoria memorable sin sufrimiento. Y ahí entran en juego los Trágicos, esos huerfanitos irrelevantes cuyo papel es... bueno, sacrificarse. Porque alguien tiene que hacerlo.
Birdie Bloom ¿vive? con el resto de Trágicos en el Hogar Foulweather, un orfanato horrible regentado por la despiadada Octavia, que se encarga de recordarles día tras día que su muerte está escrita, hasta el punto de que sus vidas resultan aún más miserables que ese triste destino.
Los Trágicos son solitarios, apenas comen papillas y odian los libros. No en vano, relatan miles de escalofriantes finales para ellos: brujas, pozos, dragones... Por eso, el libro que Birdie encuentra capta su atención. Este ejemplar secreto no habla de tragedias, sino de amistad. La niña desconoce esa palabra, pero lo que lee al respecto le produce un cosquilleo muy similar a la magia.
El [i]libro[/i] nos advierte desde el comienzo que el «trágico» del título es un poco engañoso, pues nos encontramos ante una de esas historias a medio camino entre lo infantil y juvenil, cargadas de fantasía y entrega, que reconfortan en tiempos de inquietud. Temre Beltz se vuelca en instaurar justicia para los personajes de cuentos, de un modo tan realista que evoca los problemas de nuestro mundo y nos involucra aún más en la lucha de los protagonistas.
Además, como leíste en el párrafo anterior, la autora usa la voz del propio libro para narrar. El mismo objeto nos cuenta el destino de Birdie y los adorables secundarios, con multitud de notas al pie y un tono amistoso y muy humorístico. La tarea de trasladar la esencia de un narrador tan peculiar a nuestro idioma era complicada, y aunque no ha terminado de satisfacernos, no desmerece un conjunto final digno de triunfar.
Colorín, colorado, esta reseña se ha acabado. Ahora es tu turno de rebelarte contra lo preestablecido, ya sea un rol de trágico, de héroe... o de villano.