Tobi Lolness, escrita por el francés Timothée de Fombelle, es una de esas historias. Publicada en dos partes (tomo uno: La huida de Tobi; tomo dos: Los ojos de Elisha), se trata de una aventura heroica en la que todos los elementos son extraordinarios y con una narración que bien merece mil premios. Un libro (nos vemos obligados a considerarlo sólo uno, porque las tramas de los dos volúmenes están estrechamente enlazadas) que se ganó al público y la crítica gala y al que si no encontramos comparación es precisamente por la originalidad de su historia.

Tobi Lolness apenas mide unos milímetros de altura, pero su coraje no tiene parangón. Un humano diminuto que vive en una sociedad de humanos igual de diminutos, todos al abrigo de la copa de un enorme árbol, el Árbol. Las ramas los separan en clases sociales y no faltan los sabios, que comprendieron la vida que contiene la planta en su interior, ni el empresario corrupto, que pretende arrancarle toda la savia para así hacerse de oro. En medio de estos personajes antagónicos se encuentra Tobi, hijo de un prestigioso profesor al que el señor Mitch ha capturado; mientras sus padres están secuestrados por el empresario, el pequeño protagonista huye de la metrópoli de las ramas altas con un gran tesoro en su haber: la Piedra, el objeto más valioso del Árbol y por el que Jo Mitch está dispuesto incluso a matar.

Sigue a Tobi en esta historia maravillosa, con grandes personajes que te acompañarán incluso después de concluir el segundo libro: Elisha, la mejor amiga de Tobi, cuyo carácter hará sacudir las raíces; Nils Amen, antiguo colega de juegos, al que el destino pone en el otro lado del cuadrilátero; Sim y Maïa Lolness, los Asseldor, Jo Mitch y sus geniales secuaces, todos ellos protagonistas por sí mismos. Reirás y llorarás por ellos, y lamentarás el momento en que les tengas que decir adiós.

Tobi Lolness es, para algunos, uno de los mejores títulos absolutos de literatura juvenil. Si no te engancha el principio, no dejes que pueda contigo: sigue avanzando, hoja a hoja, tú las de papel mientras Tobi deja atrás las de la planta. Pronto te verás rodeado por la vegetación de esta joyita de la literatura y nunca volverás a ver los árboles con los mismos ojos.