Álex es un chico de dieciséis años aparentemente normal. Con preocupaciones mundanas como las clases, los amigos, la familia y las chicas. Bueno, las chicas no, porque Álex sólo tiene ojos para una en particular: Jana.

Cuando el chico coincide con la misteriosa y atractiva joven en una fiesta de la que ella desaparece súbitamente, este decide seguirla hasta su casa, donde descubre que tanto ella como el hermano pequeño de la muchacha tienen una ocupación muy especial. Hacen tatuajes por encargo. Pero no unos tatuajes cualesquiera, cosa que Álex experimentará en su propia piel...

La historia de Tatuaje es la historia del amor de Álex por Jana; la historia de los antiguos y poderosos clanes medu, criaturas que viven entre los humanos y que dominan la magia encerrada en los símbolos; la historia de una profecía que dice que El Último Guardián por fin liberará a la humanidad del yugo de la magia que atora sus sentidos; la historia, en definitiva, que mezcla la tres historias anteriores para demostrar que nada sucede por casualidad.

La pareja literaria Ana Alonso y Javier Pelegrín, a punto de concluir su conocida saga de La llave del tiempo, quieren presentarnos otro proyecto que tenían entre manos. Viceversa nos trae esta primera entrega de lo que será una trilogía de Urban Fantasy en cuyas continuaciones ya están trabajando los autores.

La historia es entretenida y se lee rápido, con el estilo fluido y directo al que nos tienen acostumbrados Alonso y Pelegrín. La trama tiene algunos elementos arquetípicos, pero también presenta otros originales que te impulsan a seguir leyendo deseando descubrir más sobre la historia. No obstante, cabe destacar nuestro desconcierto ante el final, del cual no haremos spoilers obviamente, pero que nos parece algo extraño y cerrado para una trilogía. El lector se queda con la miel en los labios deseando saber más sobre los clanes medu y los Guardianes; lo que no obstante puede ser un buen punto de partida para el segundo tomo...

En cualquier caso, te animamos a que abras el libro y dejes que, poco a poco, esta historia se vaya tatuando en tu piel.