Llega sin avisar, anula tus sentidos y proyecta imágenes que no quieres ver. El spam no es solo el clásico correo no deseado; cuando eres un vidente de nacimiento y puedes hablar con los espíritus, también se le llama así a los mensajes fragmentados que te llegan del futuro. Aunque sea el futuro inmediato, como el café que estás a punto de verter sobre el teclado del ordenador.
Micol es una vidente de dieciséis años acostumbrada a convivir con su don desde que tiene uso de razón. Asiste al instituto como los demás chicos de su edad, participa en un grupo de teatro y pasa las tardes con su amiga Niélé, pero además tiene que lidiar con espíritus errantes que se resisten a abandonar el plano material. Solo unos pocos iluminados como ella pueden ayudarlos a seguir la luz y librarse del dolor; el problema principal no reside en los fantasmas, sino en sus seres queridos, que se niegan a creer en lo paranormal y escuchar los consejos de la joven.
Lucas, el chico nuevo del instituto, es uno de ellos. Hace un año perdió a su novia Déborah, y no ha levantado cabeza desde entonces. Ni un cambio de ciudad ni las sesiones con el psicólogo mejoran su estado de ánimo. Todo cambia cuando conoce a Micol y descubre su capacidad para comunicarse con los muertos. Lo más complicado no es conectar con el más allá, sino aceptar que es el pasado. Los fantasmas no están dispuestos a soltar a sus vivos con facilidad.
Carlos Peramo se revela como un autor de gran capacidad psicológica en una novela con una trama que quizá recuerde a otras historias, pero ejecutada con un estilo literario muy cuidado y una interesante trama social. Los fantasmas son el telón de fondo de una novela sobre el fracaso juvenil, la falta de ambición de una generación sin futuro y el derecho a soñar. Los conflictos y debates internos de Micol y Lucas ponen de manifiesto el trabajo del autor por dotarlos de personalidad y revelarlos ante el lector como los fantasmas se presentan ante la protagonista. Es una novela de problemática social, aupada con una trama sobrenatural que eleva la historia de nivel y da un cariz original a los típicos conflictos de instituto y barrio obrero. Spam, a diferencia del correo basura, es una lectura muy deseable y con una calidad inesperada en un género del que a veces se piensa que no queda nada por escribir.