Hace mucho tiempo, antes de Alicia y la madriguera, antes de las rosas blancas pintadas de rojo e incluso antes de las cabezas cortadas, el reino de Corazones no tenía reina y el corazón de Catherine latía por convertirse en pastelera. La tirana que todos conocimos en Alicia en el País de las Maravillas fue, en algún momento, la mejor repostera del reino.
Catherine, a pesar de ser la heredera del marquesado de Cala de Balsa Tortuga, soñaba con abrir una pastelería y vivir entre tartas y pan recién horneado. Pero todo cambió cuando el rey se fijó en ella y quiso convertirla en su cónyuge, porque esa misma noche conoció a Jest, el nuevo bufón de la corte. Y, momentos después, el Jabberwock atacó por primera vez.
La joven sabe que debería dejar de soñar con una vida que no podrá tener, pero se siente cada vez más atraída por el imposible Jest. Con él conocerá un mundo alejado de la corte y la etiqueta, un sitio donde podría llegar a ser feliz.
Lástima que todos sepamos el final.
Sin corazón es la confirmación de Marissa Meyer como la maestra del retelling. Esta vez, sus inspiraciones han sido Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo para contar el origen de la villana del primero, la Reina de Corazones. Era todo un reto, ya que el lector conoce el final, pero la novela de Meyer consigue que desees una y otra vez estar equivocado y que su desenlace sea distinto.
La magia del libro reside en su ambientación. La autora amplia y explora la locura creativa que Carroll creó en su País de las Maravillas. Todos los escenarios y personajes (guiño a Poe incluido) tienen un correspondiente en la obra original, algunos muy sorprendentes. Así, Sin corazón no es solo una retrospectiva sobre Catherine, sino que también veremos al Sombrerero o la conexión entre los reinos de Corazones y Ajedrez.
Es el protagonismo de la trama romántica lo que ralentiza el ritmo, ya que resulta mucho menos original que las subtramas que la rodean. A pesar de ello, tiene la coherencia y dramatismo necesarios, sin caer en un enamoramiento, que sí atracción, a primera vista.
Sin corazón tiene el alma de Carroll y todo lo que nos gusta de Marissa Meyer, y es el libro perfecto para leer mientras esperas la publicación de Winter, la cuarta parte de Las crónicas lunares.