En la ciudad de Ombrazia, una minoría privilegiada, los discípulos, ha desarrollado habilidades derivadas de uno de los siete dioses de la religión. Los discípulos gobiernan la ciudad, mientras que aquellos que no han sido dotados de magia, los desfavorecidos, hacen el trabajo duro, incluido marchar al frente.

La guerra con un país vecino sigue cobrándose víctimas y exigiendo más soldados, la mayoría de los cuales mueren o quedan marcados para siempre. Damian acaba de volver a la ciudad desde el campo de batalla tras una experiencia traumática. Su padre, un importante general, le ha asignado un puesto en la prestigiosa guardia del Palazzo, pero el deber no hace desaparecer las pesadillas. Además, el asesinato de un discípulo dentro de los muros del Palazzo le va a dar mucho trabajo: si no resuelve el misterio, su padre no tendrá escrúpulos en mandarle al frente de nuevo.

Por otro lado, Rossana, amiga de la infancia de Damian y su primer amor, utiliza su privilegio como discípula para ayudar a los rebeldes que exigen un mejor trato para los desfavorecidos. Cuando descubre que el asesinato podría estar conectado con otras muertes sin investigar, decide llegar hasta el fondo del asunto, aunque para ello tenga que aliarse con el chico que la traicionó hace cinco años.

Siete santos sin rostro es la primera parte de una bilogía de fantasía y misterio. El debut de M.K. Lobb es intrigante y adictivo, y a su vez trata temas complejos como el trauma, el sentimiento de culpa y el militarismo. Mediante capítulos alternos de Damian y Roz, nos sumergimos en una sociedad desigual en la que una serie de crímenes descubrirán una trama mayor de lo que los protagonistas esperan.

Lobb combina acción, suspense, giros inesperados y drama, así como momentos muy emotivos entre Damian y Roz. Ambos protagonistas son interesantes y complejos: Rosanna, una chica decidida y arrolladora que, sin embargo, esconde heridas profundas; Damian, un chico roto y demasiado blando para el mundo cruel en el que viven. Su reconciliación te atrapará tanto como descubrir quién es el asesino.

En definitiva, Siete santos sin rostro gustará tanto a los amantes de los whodunits como a los fans de la fantasía (y aún más si agradecen que contenga una porción de romance). Desde El Templo, estamos deseando leer la segunda parte.