Para este viaje necesitarás ropa apropiada para combatir la arena y el sofocante calor del desierto. Y tampoco estaría de más un poco de protector solar; Paul Haven nos lleva hasta la ciudad ficticia de Balabad, inspirada en la región de Afganistán y Pakistán donde el autor residió una temporada.
Oliver Finch es norteamericano de los pies a la cabeza: no se separa de sus bambas ni de su gorra de los New York Yankees. Sería una indumentaria de lo más normal si no viviera en la ardiente Balabad donde su padre, reportero, ha sido destinado. Allí ha hecho amistad con Zee, un baladí, y el señor Haji, un vendedor de alfombras que les cuenta las más increíbles historias. Pero el robo de la alfombra más famosa de Balabad y la desaparición de su buen amigo Haji los introducirá en una aventura sin igual. Lo que no saben es que se están metiendo en camisa de once varas, pues todo parece estar relacionado con unas misteriosas llaves y una hermandad.
Como habréis podido suponer por el resumen estamos ante una historia previsible para el lector habitual, pero que puede resultar muy entretenida para adentrarse en el mundo de la lectura o para los lectores más jóvenes. Tiene un estilo sencillo, destinado a entretener y enseñar al lector valores como la amistad y el compañerismo. El trío protagonista se complementa perfectamente durante toda la novela e irán de pista en pista al más puro estilo «Indiana Jones» para encontrar el tesoro secreto de Balabad que el rey Agamon escondió gracias a siete llaves.
No esperéis la típica historia fantástica tan habitual en la literatura juvenil con djinns del desierto y alfombras voladoras. Las siete llaves de Balabad es una novela de aventuras, tesoros escondidos y malos de libro, a la que acompañan unas ilustraciones preciosas de Mark Zug, también conocido por su trabajo en la saga Septimus, de Angie Sage.