«Saludos, bienamados» nos dice Gamayun en la primera página, un pájaro mágico de la mitología eslava que puede ver el pasado y predecir el futuro. Ella será la encargada de contarnos las historias de los tres tomos publicados hasta la fecha, y lo hará a través de un ambiente íntimo, como si de un corrillo alrededor del fuego se tratara. Y verdaderamente da la sensación de que Gamayun nos estuviera hablando directamente a nosotros, los lectores.
En el primer tomo, Gamayun nos cuenta cómo una simple manzana dorada provocó una guerra entre el rey de los pájaros y el de los animales, y cómo un mercader salvó al rey de los pájaros y de todas las aventuras que vivieron. Pero que no os engañen: estas historias las podrán disfrutar tanto mayores como pequeños.
El estilo de dibujo, con un toque antiguo, merece la pena de por sí. Para el coloreado, Alexander Utkin creó una paleta especial con colores limitados «para que el libro se viera sólido y único». Y creemos que lo ha conseguido con creces, aunque solo ha usado cuarenta y dos colores en total y, según el autor, un máximo de diez-doce por página, lo que le da un aspecto muy característico.
Y sobre la historia, poco más podemos contar sin riesgo de soltar algún spoiler, pero si desconocemos por completo los cuentos tradicionales rusos, los cómics de Alexander Utkin son una buena manera de adentrarse en ellos. Lo único malo que podemos encontrar en El Rey de los Pájaros es lo corto que es. Se lee en un suspiro.