Lore no es una traficante de veneno cualquiera. Mucha gente en los barrios bajos de Dellaire se dedica al negocio del Mortem, la sustancia que se encuentra en todas las cosas muertas y que solo unos pocos pueden canalizar. El Mortem es capaz de alargar la vida de quien consume veneno, pero únicamente si se hace con la máxima delicadeza, o sus víctimas acaban convertidas en piedra.
Solo aquellos que han estado al borde de la muerte obtienen la capacidad de canalizar esta sustancia: son los Presque Mort, acólitos de la Iglesia de Apollius (el dios que desapareció hace cientos de años), y la ya extinguida Guardia Enterrada, que habitaba las catacumbas y protegía la tumba de la diosa Nyxara. Sin embargo, Lore domina el Mortem desde su nacimiento y solo lo utiliza en secreto, pues en el reino de Auverraine esto se considera herejía.
La vida de Lore cambia radicalmente cuando, en un trabajo que se acaba torciendo, canaliza el Mortem a la vista de todos. Los Presque Mort no tardan en detenerla, y la llevan ante el altísimo sacerdote de Auverraine y su hermano gemelo, el rey. No obstante, en vez de quemarla en la hoguera, estos tienen otro plan para ella: aldeas enteras han sido masacradas de la noche a la mañana, y quieren que Lore descubra el porqué; además, le ordenan infiltrarse en la corte y vigilar de cerca al príncipe heredero, sospechoso de conspirar con el reino enemigo.
El rey de la dedalera es una novela de fantasía ambientada en un mundo inspirado en la Europa feudal, donde la Iglesia y el estado van de la mano y la desigualdad adquiere una nueva dimensión debido al consumo de Mortem. Muchas historias comienzan igual que esta: una chica de las clases bajas, dotada de un poder único, se infiltra entre las familias más privilegiadas del reino, acercándose a un príncipe atractivo y aparentemente negligente. Sin embargo, eso no hace que esta novela sea aburrida. El sistema de magia es original, y la religión que Hannah Whitten ha creado es interesante y vital para el transcurso de la trama. Además, cada capítulo comienza con un refrán o un tratado de los libros sagrados que anticipa lo que va a suceder o nos invita a atar cabos antes de que la autora lo haga por nosotros.
El trío de protagonistas y las relaciones que se forman entre ellos también nos mantienen pegados a las páginas: en su misión secreta, Lore cuenta con la ayuda de un noble Presque Mort, Gabriel, que se ganará su amistad rápidamente y hará lo posible por protegerla, aunque eso entre en conflicto con sus votos y su fe. Además, el Príncipe Solar, Bastian, demuestra ser más que un joven perezoso y seductor, y adquiere un papel fundamental en el transcurso de los acontecimientos.
En definitiva, El rey de la dedalera es una novela perfecta para los amantes de la fantasía, con personajes carismáticos, una ambientación oscura y fascinante y un desenlace a la altura de las expectativas.