Elena se presenta, alentada por sus amigas, al puesto de becaria en el Show de Luca, cuyo presentador tiene fama de ligón y rompecorazones. La entrevista con el showman —cuya fama, pudo comprobar, es cierta— fue tan mal que Elena estaba segura que no le darían el trabajo, pero sorprendentemente acaba consiguiéndolo. Trabajar codo con codo con los integrantes del Show de Luca y, por supuesto, con el propio presentador, supondrá todo un reto para ella.
Con una fama de mujeriego y fiestero bien merecida, Elena no dudará, con su juventud y optimismo, recordarle a Luca que el periodismo es mucho más que morbo, cotilleo y audiencias. Y, por poco que sea, algo parece entrar en la dura mollera de Luca, porque empieza a pensar si está a tiempo de cambiar el rumbo de su vida profesional... y personal.
Estamos ante una novela que, si fuera una película, podría considerarse una comedia romántica. Por ello, Que el amor nos salve de la vida es de esos libros que te gustan o no te gustan, sin término medio.
Los personajes tiran de tópicos: ella es el patito feo que no destaca, insegura y tímida. Él, dieciséis años mayor que ella, es el famoso y guapo antihéroe con pasado turbulento. El libro está lleno de situaciones algo increíbles y escenas empalagosas pero, como toda comedia romántica que se precie, debe tenerlas.
La narración que nos encontramos es muy buena, con un estilo muy claro, sencillo y personal. Porque, aunque la historia no sea novedosa, logra atrapar al lector y hacer que sus apenas cuatrocientas páginas se lean en un suspiro. En definitiva, Que el amor nos salve de la vida es una novela que da lo que promete, con una calidad ligeramente superior a la de otras del mismo género.
Aunque David Escamilla tiene una larga carrera a sus espaldas como cantante, escritor y locutor, Que el amor nos salve de la vida es su primera incursión en la literatura juvenil y, esperamos, no la última.