Laila ha decidido pasar las vacaciones trabajando de camarera en el CERN, el Centro Europeo de Investigación Nuclear. Así ganará algo de dinero antes de ir a la universidad y a la vez podrá pasar una temporada en el centro de investigación más avanzado del mundo.
Cuando Laila llega al CERN descubre dos cosas. La primera es que los científicos también saben divertirse. No hay más que ver a Angie, su compañera de cuarto, que es tan guapa como inteligente y no tiene dificultad para compaginar su trabajo de investigación con las fiestas universitarias. La segunda es que se puede ser muy listo para unas cosas y muy poco para otras. Es la única explicación para que Brian, que es, a todas luces, un cerebrito, tenga tanta dificultad para expresar sus sentimientos.
Por suerte, Alessio no tardará en hacer su aparición. La ayuda con su trabajo en la cafetería, puede hablar de algo más que de neutrinos (él es periodista, no científico) y le levanta el ánimo cuando se siente estúpida entre tanta mente brillante. Entonces, ¿por qué no puede dejar de pensar en Brian?
Es cierto que el esquema del libro es clásico (una chica, dos chicos, un malentendido que produce un conflicto…), pero está muy bien llevado. Tiene buen ritmo, todos los personajes se comportan de una manera coherente y son bastante originales (adiós capitán del equipo de béisbol, hola periodista italiano veinteañero) y la fluidez con la que Sonia Fernández-Vidal se expresa hace que pasemos las páginas sin darnos cuenta.
Quantic Love puede parecer una novela de física disfrazada de ficción, pero que nadie se equivoque: es la historia de Laila y la gente que conoce ese verano (amores y desamores incluidos), aderezada con las anécdotas científicas que va apuntando en su Moleskine. ¿Sabías, por ejemplo, que la World Wide Web se creó en el CERN? ¿O que en torno a 2030 se logrará crear una energía limpia y casi ilimitada, uniendo los átomos en lugar de separarlos? ¿Y sabías que la razón por la que Einstein se hizo tan famoso en 1919 fue porque lo entrevistó un periodista deportivo que lo entendió todo al revés?
Son precisamente las anécdotas científicas y la original ambientación lo que hace que Quantic Love, más que una novela de amor al uso, sea una novela de amor cuántico.
Este libro me ha gustado muchísimo, y aunque sea de una estructura básica, el libro es muy original y nada pesado, ya que supongo que pensaréis que os van a poner un rollo lleno de fórmulas químicas extrañas, fechas que no importan o nombres de científicos casi imposibles de pronunciar correctamente. Es totalmente lo contrario. La mayoría de datos que se cuentan en el libro son curiosidades como por que el cielo es rojo al atardecer. En cuanto los personajes, me identifico con Laila y me enamoré de Brian y su torpeza. Todos los personajes están muy bien descritos y solo me queda decir que me encantaría tener una amiga como Angie.