Hace décadas que Helena Lennox vivió sus primeras aventuras, pero la entrometida de su biógrafa sigue empeñada en sacarlas a la luz. Anticipándose a la curiosidad de sus lectores averiguó todo lo ocurrido en la ciudad fantasma de Bhangarh, pero no contenta con ello vuelve a la carga dispuesta a sonsacar todo lo posible a la carismática arqueóloga.
Afortunadamente, la edad no ha hecho mella en su memoria, y sus recuerdos nos llevan de vuelta a su juventud. Unos meses después de lo sucedido en La ciudad de las sombras, un nuevo encargo del Museo Británico lleva a los Lennox hasta Nápoles, la ciudad donde el padre de Helena pasó su infancia. La misión es sencilla: conseguir algunas piezas para una exposición sobre Pompeya y, si queda tiempo, reencontrarse con viejas amistades.
Ni una cosa ni la otra saldrán demasiado bien, y en su camino se cruzarán una serie de asesinatos y una noble familia que tiene entre sus antepasados a un alquimista capaz de realizar prodigios imposibles (aunque tampoco es que lo imposible haya detenido nunca a los Lennox). A la familia no le falta intriga, pero lo que de verdad le quita el sueño a Helena no es lo que pueda depararle Italia, sino lo que ha dejado atrás en la India.
Lo único que no sorprende en esta novela es que Victoria Álvarez nos ofrezca, una vez más, una historia muy pulida que presta toda su atención a los detalles. El auténtico prodigio aquí es su estilo, combinado con una exquisita ambientación que no se esfuerza en ocultar su oficio de historiadora del arte. Siempre sin resultar excesiva, nos transporta a las calles de Nápoles y Roma, nos da a probar sus comidas, nos presenta sus gentes y nos muestra sus obras de arte, todo a golpe de página y sin coger un avión.
La experiencia sensorial que supone sumergirse en su prosa está camuflada tras una trama de aventuras que recoge el testigo de la primera parte y lo eleva a cotas más altas, aunque no menos mérito tiene la arrolladora personalidad de los protagonistas que regresan para conquistarnos una vez más. En esta ocasión las amistades y tensiones entre ellos cobrarán aún más importancia, para el deleite (y frustración) de los lectores.
La de Helena es una de las voces más importantes de la ficción histórica juvenil y nacional, y en su segunda aventura suena cada vez más alto y cada vez mejor.