Cuando tan solo tienes siete años matan a tus padres frente a tus ojos y te arrastran a ti y a tus dos hermanas —Taryn, tu gemela, y Vivienne, tu hermanastra e hija del hombre que acaba de asesinar a tus padres— a un lugar al que nunca pertenecerás: Insmire, la isla movediza de Elfhame en la que vive el rey supremo. Y es que mientras que tú solo eres una simple mortal, los habitantes de Elfhame son hermosísimas hadas «inmortales» capaces de hacerte desear bailar hasta la muerte.
Esta es la vida de Jude. Han pasado diez años. Ha logrado acostumbrarse a vivir en la Corte Suprema, pero ahora su principal objetivo es convertirse en «caballero» para demostrar que no tiene nada que envidiar a los feéricos. Sin embargo, Cardan, el hijo más joven del rey, opina que Jude está muy por debajo de todos ellos y no dudará en hacérselo saber. Aunque... el destino es caprichoso y puede que no depare para ninguno de los dos lo que en un principio esperan.
No cabe duda de que la ambientación es el punto fuerte de El príncipe cruel: oscura, en ocasiones casi asfixiante, llena de violencia y magia (aunque puede que no a partes iguales) y dominada por las relaciones de poder y los conflictos morales. Habrá, sin embargo, quien opine que lo mejor son los giros en la trama, pero da la sensación de que no todos ellos funcionan tan bien como deberían. Además, el libro no logra encontrar el equilibrio entre unos sucesos y otros: se les da demasiada importancia a algunos y poca a otros.
El príncipe cruel es un libro introductorio, pero no por ello aburrido. Resulta muy interesante, por ejemplo, ver cómo dos «mundos» opuestos (sabiendo solo uno de la existencia del otro) coexisten, algo característico de la fantasía urbana. Es ahí donde se nota la influencia de Cassandra Clare, al igual que en el uso de cierta diversidad.
En definitiva, habrá que leer la segunda parte para ver si la autora consigue aprovechar el potencial del mundo que ha creado. Y si aún no has conseguido encontrar el libro de hadas que llevas años buscando, prueba a leer El príncipe cruel, porque Holly Black ha vuelto a hacer lo que mejor se le da: crear unos seres tan atractivos como peligrosos.