Cuando tenía seis años, Theodosia vio morir a su madre. La asesinaron los enviados del káiser de Kalovaxia para conquistar Astrea. Al fin y al cabo, ¿hay forma mejor de hacerse con un reino que acabar con quien lleva la corona?

 

A Theo le perdonaron la vida, aunque perdonar no es la palabra más adecuada. Su existencia parece cincelada con lujos, pero no es más que un disfraz: el káiser la quiere porque le resulta útil… y, más que un hombre, el káiser es un monstruo. Somete a los astreanos a trabajo sin descanso en condiciones inhumanas y, cada vez que hacen algo que le desagrada, maltrata a Theodosia con latigazos en la espalda.

 

Diez años después, tras un intento de rebelión astreana, el káiser cambia sus métodos y castiga a Theo obligándola a matar a uno de los suyos. 

 

Las palabras que aquel hombre le dedica antes de morir avivan en ella un fuego que llevaba años dormido. Le robaron a su madre, la Reina de la Llama; le robaron su título, pues ahora todos la conocen con el bochornoso apelativo de «princesa de Cenizas», un vestigio de lo que podría haber sido; incluso le robaron su verdadero nombre, Theo, y lo sustituyeron por Thora. Le robaron todo lo que tenía, pero no podrán robar el futuro de su gente. 

 

Cueste lo que cueste, Theodosia va a liberar su reino.

 

Princesa de cenizas parte de un planteamiento que nos suena bastante: tronos robados, intrigas violentas y protagonistas con un don para la manipulación. Ni la trama ni la mayoría de los personajes sorprenden particularmente, pero hay ciertos aspectos que merece la pena mencionar.

 

El primero es el vertiginoso ritmo de todos y cada uno de los capítulos, siempre cargados de acción o conspiraciones. Es imposible aburrirse en Astrea: cada día aparece un nuevo obstáculo que Theo tiene que ingeniárselas para sortear.

 

La evolución del personaje de Crescentia, única amiga de Theo y también la hija del hombre que asesinó a su madre, es uno de los puntos más fuertes de la novela. Mantiene una relación muy compleja con la protagonista, y su historia parece ir encaminada a un lugar oscuro que resulta muy interesante de explorar.

 

En definitiva, puede que Princesa de cenizas no sea la novela más innovadora de la historia, pero sus traiciones, secretos y venganzas hacen que sea imposible no devorarla en tiempo récord.