La Araña sabe desplazarse por los sitios más inesperados. Nunca compite, es una trazadora. Aunque a veces no puede evitar ver el «arte del desplazamiento » como una competición.
Araña es el apodo de Sara, una chica de catorce años que vive en Las Palmas de Gran Canaria. En sus calles practica el parkour con otros aficionados, entre ellos Ming, su único amigo.
Un día, debido a una apuesta entre ambos, Sara se cuela en la terraza del piso de abajo de su casa. La dueña, Lucía Álvarez —antigua policía convertida ahora en detective privado— la pilla y acaban haciendo un trato: Sara la ayudará en su despachoo y a cambio Lucía no les contará a sus padres lo ocurrido. La Araña acepta, no le queda más remedio. Pero gracias a este «castigo» ayudará a Lucía con un encargo: Desiré, una chica de su clase, se comporta de manera extraña, y sus padres han contratado sus servicios para averiguar el motivo. Lo que a simple vista parece un caso de niños se convierte en algo más turbio y complejo.
El autor narra una historia que muestra los peligros de internet y las redes sociales si no se usan bien. También nos adentra en el mundo del parkour, un arte callejero que consiste en convertir la ciudad en una pista de entrenamiento.
Al estar la historia ambientada en Las Palmas, el modo de hablar de los isleños puede chocar a algunos lectores, sobre todo por el uso de «ustedes» y no del «vosotros», pero esto da más credibilidad al relato. Además, la novela entretiene y te guía por las calles de la ciudad. Sus doscientas páginas están llenas de misterio, y enganchan al lector tanto por el caso de Desiré como por el secreto que esconde Lucía Álvarez sobre su pasado.
Daniel Bautista es profesor de Lengua Castellana y Literatura en la isla de Gran Canaria. Además de esta novela, tiene otros libros publicados dirigidos al público juvenil, como Perdida en el Mar o La playa de las mujeres, ambas publicadas en la editorial Algar. Predadores de silencio es su última novela publicada hasta el momento.