Junio, 1937. El neoyorquino cazador de tesoros Richard Fox ha aceptado la proposición del aristócrata húngaro George Rothwild de viajar hasta Budapest para verificar la autenticidad de un anillo de hueso que, al parecer, perteneció a Vlad Drácula. Según le ha informado, en Rumanía existen otros dos anillos idénticos, y solo uno de los tres puede ser el verdadero. De no ser el suyo, Rothwild quiere que Fox haga lo que sea necesario para conseguir el auténtico. Pero Fox lleva sin pisar Transilvania desde la muerte de su esposa.

Noviembre, 1937. La tutora de Theodora Fox, harta de tener que pedir disculpas por su comportamiento, renuncia a su puesto. Así pues, la joven de diecisiete años se queda sola en Estambul a la espera de que su padre, que es quien tiene los billetes para volver a Europa, regrese del norte de Turquía. Pero, poco después, el conserje del Hotel Pera Palace avisa a Theodora de que los billetes para esa noche ya están a su disposición y de que su «hermano» la espera en su habitación. ¿Con quién se encuentra Theodora al llegar allí? Nada más y nada menos que con su ex mejor (y más que) amigo Huxley Gallagher, quien hace un año se marchó sin tan siquiera decir adiós.

Después de estrenarse por todo lo alto con Encuéntrame en Moonlight, La orden del dragón es la siguiente apuesta de Jenn Bennet en España. Ahora bien, La orden del dragón es una anomalía por distintos motivos: es la única de sus obras juveniles que no es una novela realista —se trata de fantasía histórica— y, además, existe la posibilidad de que acabe convirtiéndose en saga.

Lo primero a destacar es el estilo de Bennett. En esta ocasión, además de intercalar entradas antiguas del diario del padre de la protagonista con la narración de esta, cambia un poco el registro para adaptarse al contexto histórico, pero conserva el tono desenfadado de sus diálogos.

La orden del dragón es, además, una novela de aventuras a la vez que un viaje muy verosímil por la Rumanía de primera mitad del siglo XX. No obstante, sin los personajes, no habría verdadera aventura: Huck y su banshee agarran al lector por la pechera y no lo sueltan hasta dejarlo sin aliento.

Jenn Bennett mejora con cada novela que escribe y no estamos dispuestos a perdernos ninguna.