Los polos se deshielan. Los incendios forestales se descontrolan. Los años pasan y se acaba el tiempo para evitar que las consecuencias del cambio climático no tengan vuelta atrás.

Como cada sábado, el Consejo Animal de la Región Amazónica se reúne para abordar el peligro constante en el que se encuentran su hábitat y todas las especies que viven en él. Harta de la innacción de los humanos, la presidenta, Justina la guacamaya, decide que ha llegado el momento de que los animales tomen las riendas de la situación.

Pero no todos los humanos son indiferentes a las devastadoras repercusiones del cambio climático. En Suecia, una adolescente ha empezado a hacer huelga escolar para concienciar a ciudadanos y políticos sobre la importancia de tomar medidas de verdad. Su nombre es Greta Arrhenius, y su historia va a dar la vuelta al planeta.

Hace ya tiempo que la joven activista Greta Thunberg se convirtió en una sensación, y las librerías no tardaron en llenarse de obras con su cara y su historia. Vicente Muñoz Puelles le rinde un claro homenaje, pero, lejos de quedarse ahí, toma su ejemplo de emprendimiento y lo entrelaza con la trama de Justina y el resto de animales para enviar un mensaje aún más potente. Aunque pueda parecer una novela simple, La niña del clima ofrece argumentos e información sobre la crisis climática y lo hace sin resultar pesada ni aleccionadora. Con una narración ágil y salpicada de sutil humor, Vicente Muñoz Puelles defiende que, si de verdad queremos salvar el medioambiente, debemos dejar de colocarnos en primer plano y entender que la Tierra es el hogar tanto de los humanos como del resto de especies.

La niña del clima, junto con El regalo del río (Ana Alonso), inaugura la colección «Lidera». Con ella, la editorial Oxford quiere impulsar historias que defiendan y ejemplifiquen los Diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas; objetivos como la igualdad de género, la acción por el clima y la vida de ecosistemas terrestres. En sus apenas 125 páginas, La niña del clima representa ocho de estos diecisiete objetivos, enviando un mensaje de responsabilidad, emprendimiento y esperanza a todos sus lectores.

Greta Thunberg solo hay una, pero todos estamos a tiempo de seguir su ejemplo y convertirnos en Greta Arrhenius.