Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no merece la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo.
Ya se han acabado las vacaciones en Taering, Dinamarca, y toca volver a la escuela. Todo está como siempre: el profesor esperando a que entren todos para empezar la clase, la pizarra limpia, los pupitres ordenados… pero todo cambia ese primer día del curso: Pierre Anthon abandona el aula y decide no volver nunca más a la escuela. Se sube a un ciruelo y desde allí les grita a sus compañeros que nada importa, que no merece la pena hacer nada puesto que nada tiene sentido. Sus compañeros de clase quieren convencerlo de lo contrario, de que sí que hay cosas que importan en su vida. Por eso, idean un plan para que Pierre baje del árbol: construirán un gran montón de significado y se lo enseñarán, y Pierre Anthon no tendrá más remedio que admitir que sí que hay cosas que importan y así tendrá que volver a la escuela con ellos.
Pero, ¿cuáles son las cosas que importan? ¿Qué tiene significado? Los jóvenes protagonistas de esta historia se juntan a la salida de clase para intentar dar respuesta a estas preguntas. Para Agnes, son las sandalias verdes que tanto le ha costado que su madre le compre; para Gerda, su hamster Oscarito; para Hussain, su alfombra de rezos… y así, el montón de significado va creciendo con objetos cotidianos que se van transformando en símbolos que dan valor a la existencia humana. Pero este proyecto, poco a poco, se va convirtiendo en algo más que acumular objetos en la serrería abandonada.
La novela Nada ha sido prohibida en numerosos institutos de países de todo el mundo y en otros es lectura obligatoria para los alumnos de los últimos cursos. A través de la narración de Agnes en primera persona, este libro nos invita a reflexionar sobre las cosas que tienen significado para nosotros y dónde ponemos el límite. Puede que este libro no solucione todas las preguntas que plantea pero ofrece una reflexión que merece la pena leer.