Templario, si no has leído Legado, no deberías adentrarte en Murtagh. ¡Spoilers!

La última vez que los lectores de El Legado vimos a Murtagh fue en «El tenedor», relato recogido en la antología Cuentos de Alagaësia que Christopher Paolini publicó en 2019. En él, el Jinete de Dragón se enfrentaba a unos malhechores que parecían inmunes a la magia con la ayuda de un cubierto encantado. ¿Cómo era posible que no les afectaran incluso los hechizos más poderosos? ¿Quién era la bruja Bachel, que estaba creando amuletos que repelían incluso el Nombre de los Nombres? ¿Y dónde estaba aquella tierra quemada que tanto él como su dragón debían evitar?

Paolini nos dejó con la miel en los labios y cuatro años después ha decidido responder a algunas de esas cuestiones. Murtagh, que se sitúa poco después del final de Legado, es una novela llena de magia, aventuras y peligros, protagonizada por uno de los personajes más queridos de la saga original y su dragón, Espina. En ella, la pareja deberá enfrentarse a un mal que incluso Galbatorix temía y que arrojará algo de luz (¡y muchas nuevas preguntas!) sobre cómo el tirano Jinete llegó a convertirse en Emperador.

Murtagh no es el quinto libro de El legado, tal y como indica Paolini en su epílogo, aunque se haya vendido como tal: esa entrega aún esta por escribirse. La historia que hoy nos atañe es un inicio, una redención para un villano que jamás quiso serlo, un estudio de cómo la mente humana puede sostener incluso la peor de las torturas. Una obra que se sustenta sobre el deseo de esperanza y libertad. Paolini, que siempre ha sido un romántico, despliega una aventura con mucha acción (a veces demasiada) para hablarnos de cómo el amor por otros seres, humanos o no, es el verdadero motor del mundo.

Su prosa ha ido creciendo con cada obra y en Murtagh el estilo es más maduro y literario. Aun así, cuenta con tramos algo descriptivos sin mucha profundidad psicológica que, acompañados de una trama que se va descubriendo como el comienzo de una saga en lugar de ser autoconclusiva, pueden provocar que el ritmo se estanque en el segundo tercio de la novela. Pero su resolución es tan trepidante que ese valle narrativo acaba por agradecerse, una gran calma antes de la tempestad.

Con un final lleno de misterios, Murtagh abre un nuevo camino en Alagaësia. No será el único: Paolini ha prometido muchas más historias para su continente draconiano. Estaremos encantados de leerlas.