David Rubín (El circo del desaliento, La tetería del oso malayo, Cuaderno de tormentas) es uno de los autores jóvenes más prometedores dentro del actual panorama comiquero de nuestro país, y ver el resultado de su adaptación de un clásico de la literatura, como es la obra de Bécquer, era de lo más interesante. El dibujante gallego, como explica en su propio blog, se ha mantenido fiel al texto del cuento, limitándose “a que todo lo que aparezca escrito sean las partes de narración pura y dura o los diálogos originales del relato, incluido los textos de apoyo; no he cambiado ni una coma ni añadido o excluido nada, y el resto de las abundantes descripciones psicológicas, de estados de ánimo, de ambientación, etc... tan presentes en el relato original las he solucionado única y exclusivamente mediante lo gráfico y visual”.
A destacar el excelente trabajo de recreación de la atmósfera de este relato romántico-gótico, que en manos de otro autor habría tendido hacia una obra oscura y sombría, pero que en las de Rubín se vuelve luminosa y casi mágica. Gran parte de este acierto se basa en el uso del color que, como el propio David explica, lo ha usado “más como un elemento identificativo del estado de ánimo de los personajes o de la atmósfera de cada momento narrado más que como simple elemento decorativo...”.
Si te gustan las historias de ánimas, los guerreros templarios y las pruebas de amor, éste es tu cómic. Lo único que puede echarte para atrás es su alto precio (9,20 euros) en relación a su extensión (32 páginas), aunque hay que tener en cuenta que es en color y con encuadernación en tapa dura.
Bécquer ha tenido suerte con este artista gallego, y es que... ¿quién mejor que un gallego para hablar de brumas y espíritus?