A Hazel no le interesa nada la política, ni las muirlands donde vive la gente no mágica, ni, básicamente, nada de lo que tiene que aprender como heredera de las Faeregine, la dinastía que gobierna desde hace generaciones. Tampoco ayuda que todo el mundo crea que nació endemoniada. ¡Solo porque es albina!
Como benjamina de las trillizas Faeregine, Hazel no heredará el trono de su temible abuela, la Emperatriz Mina XLIII, apodada la Araña. Pero eso no significa que su abuela no tenga planes para ella… y para su magia, una magia tan potente que hacía generaciones que no se presentaba en la familia.
En el frío pueblo de Ocaso no les preocupa la magia, sino más bien la posibilidad de tener un accidente en la mina o de que los soldados te pillen en una de las proyecciones ilegales de Puré. A ese chaval le encanta hacer montajes subversivos con antiguas películas de la era precataclísmica. En esa época, la tecnología era avanzadísima y estaba al alcance de todos, no solo de los pocos a los que la Emperatriz se lo permita, como sucede ahora. Pero claro, según cuentan, fue esa tecnología la que provocó el final de su civilización.
«Según cuentan». Hob sabe que el régimen de las Emperatrices Faeregine es corrupto y manipulador. Pero, gracias a un visitante de su pasado, va a descubrir hasta qué punto.
La mentira de los tres héroes es, en cuanto a trama, una novela bastante introductoria. Sí, hay alguna escena de acción y, sobre todo, de tensión, pero no son lo más importante. El punto fuerte de esta novela es su ambientación. No se trata de una distopía postapocalíptica, pero tampoco de una historia de magia al uso: combina lo mejor de ambas. En el Impyrium de Hazel y Hob encontrarás un sistema mágico muy rico, con sus propias jerarquías, razas y, por supuesto, su propia historia. Y ahí, en el origen del Impyrium, es donde la fantasía se mezcla con la realidad, con nuestro mundo y su tecnología, que salpica de vez en cuando las vidas de los protagonistas para dar el toque final a esta ambientación original y sorprendente.
Hazel y Hob vienen de mundos distintos; mundos que chocan, mundos de intrigas, envidias y corrupción. Mundos que, sin duda, darán mucho que hablar a lo largo y ancho del Impyrium.