Beatriz y Mel se conocieron en el área de psiquiatría infantil del hospital. Él daba el perfil de chico conflictivo: pasó sus primeros años con sus padres drogadictos, y luego en una casa de acogida hasta que Fran y Tere se hicieron cargo de él. Pero ¿qué hacía ella allí? Había tenido una infancia feliz, una familia que la apoyaba, buenas notas... parecía completamente normal salvo por una cosa: su pelo, de un azul imposible.
Para Beatriz, todo empezó la primera noche que no supo distinguir sueño de realidad. Al levantarse, su pelo se había vuelto azul y brillante. Su madre estaba horrorizada, no sabía qué prefería pensar: que su hija se había teñido y ahora intentaba engañarla o que realmente no recordaba haberlo hecho. Así que Beatriz decidió que mejor se callaba todo lo demás: los sueños lúcidos, las voces, las personas que nadie más veía...
Para Mel, Beatriz era magnética. Ella necesitaba que la apoyasen y él estaba feliz de compartir sus días con ella. Con Beatriz, los límites de la realidad se desdibujaban y era fácil creerla, pero ¿hasta qué punto? ¿Y si su vida o la de otras personas estaba en juego? Si Mel pensaba que sus visiones eran fruto de una mente enferma, ¿la estaba traicionando?
Con este interesante dilema, Pablo Gutiérrez va desplegando ante nosotros el misterio de Beatriz. Hábilmente, coloca una serie de pistas que nos llevan a pensar que Beatriz realmente tiene visiones, aunque todo parezca indicar que se ha vuelto loca. Una vez establecido el planteamiento, la novela pierde ritmo; el misterio se entrelaza con algo de acción, pero la verdadera incógnita tarda en resolverse. Por suerte, el desenlace resulta satisfactorio: la novela da lo que promete y cada pieza, al final, tiene un hueco donde encajar.
A pesar de que la historia gira en torno a Beatriz, el personaje al que realmente llegamos a conocer es Mel. Su pasado resulta verosímil porque tiene la mezcla justa de buena y mala suerte; en él, el optimismo y el cinismo encuentran el equilibrio necesario para mostrarnos que, aunque haya sufrido mucho, está dispuesto a dar a la vida otra oportunidad.
Memoria de la chica azul puede parecer una novela realista, pero es más bien de suspense con algún ingrediente paranormal. Si te fascina lo diferente, el misterio de Beatriz Worziack te atrapará.