En un mundo regido por las armas y la ley del más fuerte, nacer con una mano deforme ha supuesto para Yarvi, el hijo pequeño del rey, mofas y desprecios, pero también la oportunidad de alejarse del camino del guerrero y estudiar los secretos de la Clerecía. Sin embargo, cuando su hermano mayor y su padre son asesinados, Yarvi se convierte automáticamente en rey, ocupando un trono para el cual no está preparado. Ni él ni la gente que le rodea, con el corazón lleno de codicia y de ansias de poder; gente que traiciona al «medio rey», quien de pronto se encuentra lejos de su patria y de sus seres queridos, intentando sobrevivir con la única arma que tiene a su alcance: una mente despierta.
Esta novela es un ejemplo perfecto de un ritmo bien llevado. Poco a poco el autor va desvelando detalles de la trama para que el lector los vaya asimilando. Como suele decirse, sin prisa pero sin pausa, por lo que no tendremos esa sensación de partes pesadas ni relleno innecesario. Y en un libro de apenas cuatrocientas páginas se agradece que el autor vaya directo al grano.
Aunque sea un libro finito, podremos llegar a conocer muy bien a los personajes, tanto principales como secundarios, todos ellos muy diferentes unos de otros y que llegan a complementarse muy bien. Desde el pensativo Yarvi, siempre reflexionando antes de actuar, hasta el comportamiento impulsivo del guerrero. Y no esperes dragones ni magos aunque estemos ante una novela de fantasía épica: Medio rey se acerca más a los vikingos y al mundo medieval.
Medio rey es el inicio de la nueva trilogía del británico Joe Abercrombie, El mar Quebrado. Aunque este autor es más conocido en el mercado de la fantasía adulta (con varios premios a sus espaldas), con esta obra se acerca un poco más el público juvenil, haciendo de Medio rey una muy buena opción para conocer su estilo y seguir con el resto de su bibliografía.