Lila Black tiene novio y una vida tranquila en Forever Falls. Por eso no entiende por qué una agencia de citas con la que nunca ha contactado no deja de enviarle mensajes e e-mails diciéndole que han encontrado a su alma gemela. La Oficina del Amor es insistente, así que Lila decide ir hasta su sucursal más cercana para decirles que paren de una vez, que no está interesada. Por supuesto, no va a ser tan fácil. Según la empresa, su alma gemela es el dios Cupido, ese con alas y flechas que sale en los mitos. A partir de este momento, la vida de Lila Black no hará más que complicarse, y es que, cuando te emparejan con un ser divino, las cosas no son tan fáciles como rechazar un match.
Esta novela es fácil de leer y disfrutar. La trama comienza rápido, con una pequeña presentación de los personajes y un par de interrogantes que se mantienen hasta la parte final del libro. Desde la narración en primera persona, Lila nos cuenta cómo su problema con la aplicación de citas ha terminado en un conflicto interno de los cupidos, las personas que trabajan en la Oficina del Amor, y la versión original de estos y su supuesta alma gemela, Cupido. Ahora, el dios y su hermano se han presentado en Forever Falls; el primero para conocerla e intentar conquistarla y el segundo para evitar que eso ocurra.
La existencia de almas gemelas, personas destinadas a estar juntas, es un tema ya tratado en muchas novelas, pero el giro que la autora le da al añadir la agencia de citas a la mezcla hace que el resultado sea francamente divertido. Con capítulos cortos pero intensos, atrapa al lector hasta la última página, pasando de un drama a otro sin dar respiro.
El match de Cupido no es el libro del año, pero es una novela ligera y divertida que ayuda a despejar la mente después de otro tipo de lecturas más pesadas. La personalidad de Cupido, alegre y carismática, mezclada con la de su hermano, más serio y reservado, harán que el lector quiera conocerlos cada vez más. Lila, mientras tanto, tendrá que decidir si quiere volver a su vida normal o arriesgarse un poco y ver qué tiene que ofrecer este nuevo mundo.