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Matar un reino
Alexandra Christo

Gran Travesía
Reseñas de novedades El Templo#66 (octubre 2018)
Por Carlota Echevarría
6.028 lecturas

Las sirenas son asesinas que solo ambicionan el poder; no tienen sentimientos por otras de su especie, ni mucho menos por humanos. Al menos, así son las sirenas bajo el gobierno de la Reina del Mar. Lira, su heredera, parece ser todo lo que su madre espera de ella: como todas las de su especie, en cada cumpleaños le arranca el corazón a un humano y lo guarda como un tesoro, solo que, en su caso, todos los humanos han sido príncipes. Pero su desobediencia y su amistad con una de sus primas enfurecen a su madre, que la castiga a convertirse en humana y asesinar a Elian, el príncipe de Midas, sin sus poderes.

Elian no es un príncipe cualquiera. Aunque no ha renunciado al trono, lleva una vida de pirata y surca los mares con el propósito de acabar con todas las sirenas. Su objetivo principal es Lira, conocida como la Perdición de los Príncipes. Cuando rescata a una humana a punto de ahogarse y la acoge en su tripulación, no puede imaginar que es precisamente ella.

Elian ha oído hablar del Cristal de Keto, una gema capaz de acabar con la Reina del Mar, y para conseguirlo está dispuesto a pagar cualquier precio. Mientras tanto, en el corazón de Lira empieza a crecer la duda: ¿y si las sirenas no tienen por qué vivir como asesinas? ¿Y si pudiera usar el cristal para vencer a su madre?

Alexandra Christo parte de la idea tradicional de sirenas crueles (la que vemos, por ejemplo, en La Odisea) y de La sirenita de Hans Christian Andersen: las sirenas se vuelven espuma de mar al morir, la protagonista se transforma en humana… Se nutre también de los cuentos clásicos para crear su ambientación, y cada reino humano está inspirado en uno de ellos. Esta mezcla entre lo tradicional y lo nuevo da lugar a un mundo complejo y variado, que es uno de los puntos fuertes del libro.

Los personajes son un tanto inverosímiles y su comportamiento muchas veces sigue los designios de la trama, pero la autora ha conseguido que haya química entre Elian y Lira, y el libro se hace más ágil desde que ambos se encuentran. Quizá la falta de naturalidad en los personajes sea en parte culpa de la mala traducción española, en algunos casos errónea y siempre excesivamente literal, que entorpece la lectura.

Alexandra Christo nos ha sorprendido con un planteamiento original y un mundo rico en detalles, y se presenta como una autora a la que vale la pena seguir la pista.