Lobo, Ángel y Grillo tienen una misión: encontrar el cuadro de El nacimiento de Venus. El problema es que el resto de los salteadores tiene como misión evitarlo y, de paso, atrapar a los tres protagonistas, que han cometido alta traición.
Eriane es una sirvienta con una vida anodina que no parece destinada a mejorar… hasta que un día Grillo aparece de la nada junto a ella y, cogiéndola de la mano, la hace saltar al interior de un cuadro. Y después a otro y a otro, porque tienen que despistar a sus perseguidores. Grillo le explica que son salteadores de cuadros, lo que significa que a través de las pinturas pueden pasar de un mundo a otro. Como Eriane ha saltado con él, ahora también es una salteadora, y tiene la opción de unirse a su grupo, aunque le advierten que tienen todas las de perder.
Tras la preciosa portada de Lobo (en nuestra opinión, una de las mejores que ha visto la colección Gran Angular) se esconde una historia ágil, original y bellamente narrada. El libro tiene cierto tono épico que recuerda a novelas más antiguas y encaja a la perfección con la historia. Patricia García-Rojo relata con la misma habilidad las escenas de lucha que los periodos de calma, en los que tiene que resumir varios meses en unas pocas páginas.
El personaje más carismático, como era de esperar, es Lobo (aunque seguro que Sombra tiene muchos fans), pero el más interesante, por su evolución a lo largo de la historia, es Eriane. Al principio se limita a dejarse llevar, pero cuando ella misma hace esta reflexión nos damos cuenta de que estamos ante un personaje inteligente, que acaba siendo capaz tanto de adaptarse como de imponer su voluntad.
Lobo. El Camino de la Venganza cuenta la vida de los salteadores de cuadros, siempre llena de aventuras y peligro, pero sobre todo es la narración del drama de Lobo y Venus; de Ángel; de los grandes señores Cleo y Gustard; de Grillo, y de su archienemigo, Sombra. El lector, junto con Eriane, irá descubriendo los misterios de estos personajes hasta comprender que hay un único sentimiento detrás de las acciones de todos los salteadores: la venganza.