Sucede de manera inesperada. Si eres adolescente, podrías desaparecer en cualquier momento. Durante unos tres minutos, no existirías en esta realidad. Después, hay dos opciones: volver en condiciones físicas aceptables, aunque probablemente traumatizado de por vida, o que tu cadáver parezca una obra de un museo de arte moderno.
Si esto te sucede, te deseamos suerte. Aparecerás completamente desnudo en una dimensión gris, rodeado de criaturas humanoides sacadas de tus peores pesadillas y en un entorno hostil que pretenderá matarte a cada paso. Debes correr o esconderte, no hay otra salida: los sidhe sabrán que estas allí y no tardarán en darte caza. Si sobrevives un día entero en su dimensión, volverás al mundo real.
Desde hace dos generaciones, esta es la vida de los adolescentes irlandeses. Un buen día, los aviones que salían de la isla se hundieron en el mar, las comunicaciones con el exterior desparecieron y las llamadas comenzaron. Pronto descubrieron la razón, gracias a los supervivientes: las hadas desterradas a otra dimensión cuando los humanos tomaron Irlanda se están cobrando su venganza y no se detendrán hasta conseguir que la raza humana se extinga de la isla.
Nessa no va a sobrevivir. Lo sabe todo el mundo. Tuvo la polio y apenas puede correr. Pero desde que sus padres le contaron la verdad sobre su destino, la niña ha encarado su futuro con fiereza: no está dispuesta a morir. Por eso, en el orfanato donde vive, se entrena más duramente que nadie. Y no es para menos: acaba de cumplir catorce años, la edad en la que más compañeros suyos recibirán la llamada.
Pero eso no será lo único distinto. Los mundos se están acercando. La venganza, la verdadera venganza, está a punto de estallar.
La llamada es una novela de terror no apta para los más impresionables. Sus imágenes son aterradoras y la tensión que construye no te dejará respirar. La situación de partida, ya de por sí agónica, se descubre como una auténtica pesadilla cuando el autor comienza a narrar las desapariciones de los compañeros de Nessa y a describir el mundo gris, tan original como espantoso. La trama amorosa, muy secundaria, es quizá lo menos interesante, pero funciona como motor para la supervivencia de los protagonistas.
Aunque los personajes son algo arquetípicos (como suele suceder en este tipo de novelas) la atmósfera y la narración equilibran el resultado: una novela terrorífica cuyas imágenes solo han podido ser creadas por un genio del mal o por un auténtico psicópata. Seguiremos leyendo las novelas de O’Guilin (y atentos a las páginas de sucesos) para cerciorarnos si estamos ante lo primero o lo segundo.