Con un par de narices, y nunca mejor dicho, el escritor Pepe Serrano y el ilustrador David Guirao se pusieron a trabajar hace tiempo en esta historia, metiendo sus narices en los asuntos de sus personajes. Otro par de narices fueron necesarias para que el libro llegara a los lectores, las de los editores de Nalvay, que apostaron y confiaron en esta historia ilustrada que imprimieron a todo color y en un formato completamente nuevo para su colección editorial.

El libro de las narices nos narra la historia de algunas narices famosas que todos conocemos, como la de Pinocho, Cyrano, Cleopatra o la esfinge de Gizeh; nos cuenta cosas que pueden hacerse con narices, o qué accesorios podemos elegir para adornar nuestro apéndice nasal. Por eso, no es una novela gráfica, ni un álbum ilustrado, ni un libro informativo, sino muchos libros diferentes en uno solo, con el humor, los textos divertidos e inteligentes y las ilustraciones preciosas como hilo conductor.

El libro está dividido en varios apartados: descubrir qué es (y qué no es) una nariz, tipos de nariz, narices famosas que todos conocemos, accesorios para una nariz y cosas que se pueden hacer con una nariz, o por narices.

En este tipo de publicaciones es difícil encontrar el equilibrio entre texto e ilustración. Puede que a veces los dibujos hagan que nos olvidemos del texto o, al contrario, que este nos atrape más en su historia. Sin embargo, en El libro de las narices, tanto el texto de Pepe Serrano, divertido, alegre, inteligente, con juegos de palabras y dobles sentidos, como las ilustraciones de David Guirao, cuidadas y trabajadas, van a hacer que el lector disfrute de cada una de las páginas del libro. El repertorio de estilos y técnicas de ilustración varía en cada apartado del libro, así como la tipografía, que cambia ajustándose al texto en cada momento. Además, te recomendamos que leas este libro con atención, porque a lo largo de él hay escondidas muchas referencias a autores clásicos como Dahl, Rodari, Gloria Fuertes o Sendak que, por narices, te sacarán una sonrisa.

Si día a día utilizamos los cinco sentidos, confía en esta ocasión en tu buen olfato, lector, y déjate guiar hasta El libro de las narices.