«Dejad la espada, mostraos gentil
y dadme por tres veces un beso;
que, aunque sea un venenoso reptil,
creedme si os digo que saldréis ileso».
Si decimos dragones, la sola mención de la palabra le habrá provocado a más de uno un estremecimiento por la espalda. ¡Ya nos gustaría a muchos que existieran tan magníficas criaturas! Magníficas, pero también recelosas del hombre y poco proclives a compartir sus tesoros. Aun así, en los relatos de esta novela encontraremos dragones de todo tipo: inteligentes como el que más, doncellas víctimas de una maldición o dragones que, por decirlo finamente, no son los cuchillos más afilados del cajón. Y también historias tristes, oscuras o divertidas. Pero sí hay algo que la mayoría de ellas tienen en común: el dragón siempre es representado como el enemigo o el mal a abatir para que todo se arregle y vuelva a ser como antes.
El libro de los dragones es un viaje en el tiempo, recorriendo los cuentos clásicos de la Edad Antigua, parando por el Medievo y el folclore tradicional hasta llegar a los dragones de J. R. R. Tolkien y Edith Nesbit, en lo que parece ser un orden cronológico. Todo un road trip donde se nos mostrará la forma en que la gente de la época veía a los dragones. Y, de la misma manera que en Relatos de los héroes griegos, el autor hace gala de su conocimiento en la materia para recopilar los relatos que forman la novela, acercándolos a lectores de todas las edades con un lenguaje más asequible, si bien se echa en falta historias de fuera de Inglaterra y Europa.
Si te gustó Relatos de los héroes griegos, eres fan de los dragones o te apasiona la literatura fantástica, El libro de los dragones sin duda es para ti. ¡La de tesoros que nos quedan por descubrir!