Con dieciséis años, Alejandro Magno ya comienza a destacar. Tiene capacidad de liderazgo, es diestro en el combate, inteligente y compasivo. Después de tres años estudiando con Aristóteles, regresa a Pela, capital de Macedonia. Su padre le ha hecho llamar para que sea el regente mientras él se marcha a defender las fronteras.
Alejandro sabe que puede apoyarse en Hefestión, su mejor amigo, y en Olympia, su madre, que es una poderosa aliada para él y una temible enemiga para el resto. Sin embargo, su hermanastra, Cinane, es un completo misterio.
Muy diferentes son las vidas de Jacob y Kat. Han crecido en una aldea, no muy lejos de Pela, y llevan una vida humilde y, en apariencia, anodina. Sus caminos se cruzan con el de Alejandro cuando Jacob es seleccionado para participar en el Torneo Sangriento y Kat decide ir también a la ciudad y vengar a su madre, que murió asesinada cuando ella tenía seis años.
La última protagonista es Zofia, una princesa persa que vive al otro lado del mar Egeo. Gracias a este personaje veremos que los persas no son tan bárbaros como los macedonios piensan y que, en realidad, sus inquietudes son muy similares.
En Legado real encontraremos venganzas, traiciones, batallas, política, romance y un último elemento: la magia. Algunos de estos personajes poseen una magia poderosa y ancestral, que cada vez es más infrecuente y se está convirtiendo en tabú. Los Señores Aesarios quieren erradicar la magia del mundo, y nadie se atreve a hacerles frente.
Los siete narradores se van alternando de un modo que recuerda a sagas como Canción de hielo y fuego. En cada capítulo hay espacio para profundizar en los personajes y su entorno, y llegamos a conocer muy bien cómo se vivía en aquella época. A pesar de esto, la acción avanza a buen ritmo gracias a las elipsis (entre dos capítulos de un mismo personaje pueden pasar hasta semanas) y a que no se repite información: no encontraremos la misma escena desde varios puntos de vista sino que cada narrador retoma la historia donde la dejó el anterior.
Legado real tiene muchas virtudes: transcurre en un momento histórico interesantísimo, está muy bien documentado, sus múltiples tramas mantienen en vilo al lector… pero nuestro aspecto favorito son los personajes. Ya sean honrados o malvados, inteligentes o brutos, impulsivos o calculadores, todos captan nuestro interés y nos hacen querer más y más Sangre de dioses y reyes.