Siglo XIII a.C. En Lacio, Lavinia, hija de Latino, rey de Laurentum, debe casarse, y sus pretendientes pelean por ella. Pero Lavinia puede oír a los espíritus y en sueños ve a Virgilio, quien le advierte de que no debe casarse con un hombre del Lacio sino con un extranjero que llegará por el río. Así, Lavinia espera la llegada de Eneas, que desde su huida de Troya vaga por el Mediterráneo, pero no todos sus pretendientes están contentos con la elección.
En esta novela, ganadora del premio Locus 2009, Ursula K. Le Guin nos relata la vida de Lavinia, personaje salido de la Eneida, y trata de recrear la sociedad en la que vivió. El Lacio es una región cerca de lo que unos siglos más adelante sería Roma. Sus dioses y su cultura están muy influenciados por los griegos y los etruscos; es el modo de vida de unos campesinos, no de un imperio, pero ya empiezan a distinguirse algunas costumbres que más adelante serán propias de los romanos. Como Ursula K. Le Guin nos explica en el epílogo, hay muy poca información acerca de la península itálica hasta el siglo II a.C., bastante después de la fundación de Roma (siglo VII a.C.). Además, los relatos que nos han llegado (como los poemas de Virgilio), no son fieles a la realidad histórica, pero se han difundido de tal modo que están muy arraigados a la idea que tenemos hoy día de esa época. Y aún así, la sociedad que ha inventado la autora es tan creíble en todos sus detalles que el lector no tiene más opción que pensar que es real.
Los personajes son creíbles y cercanos. No responden a tipos y aún así son fácilmente comprensibles para el lector. El argumento es emocionante y avanza a muy buen ritmo. La historia no está contada cronológicamente, de modo que el lector no tiene una idea clara de lo que está ocurriendo hasta que no ha leído aproximadamente un tercio. Esta estrategia, que ayuda a que la novela enganche, es especialmente apropiada en este caso, ya que da al lector la sensación de que tiene premoniciones, de que conoce cosas del futuro que los personajes no saben, como le ocurre a Lavinia. Las descripciones son tan vívidas que podemos ver el paisaje como en una película, sentir el tacto de las túnicas y los olores del bosque. La prosa es tan bonita que parece poesía y la magnífica traducción al castellano nos permite apreciarlo.
Si estás cansado de los vampiros, zombis, ángeles y demás criaturas fantásticas que llenan las librerías últimamente, rebusca en la sección de adultos y sumérgete en la Historia: no te arrepentirás.
Estupenda reseña la que haces de este libro. Estoy comenzando a leerla, la compré para un viaje en tren y aún no la he terminado de leer. Ursula K. Le Guin es para mí uno de los cuatro o cinco mejores escritores de la actualidad, vivos, y he leído unas cuantas obras suyas. Me gustó especialmente Las doce moradas del viento.
Un saludo y feliz fin de semana.